1,4 millones de menores han abandonado Nigeria, Camerún, Chad y Níger por los ataques de Boko Haram. Esta es la cifra que ha dado Unicef en el informe presentado hoy. Achacan estos números al «aumento de los ataques», que habrían supuesto la salida de unos 500.000 niños y niñas en los últimos cinco meses.
«Cada uno de estos niños huyendo para salvar su vida es una infancia truncada», ha apuntado Manuel Fontaine, director regional de Unicef para Africa Occidental y Central. «Es verdaderamente alarmante ver que los niños y las mujeres siguen siendo asesinados, secuestrados y utilizados para transportar bombas», ha agregado.
Asimismo, casi 65.000 de estos menores han tenido acceso a educación, cerca de 72.000 han recibido asesoramiento y apoyo psicosocial, mientras que otros 65.000 han recibido tratamiento para la desnutrición aguda grave.
Pese a ello, Unicef ha reclamado la necesidad de más fondos para hacer frente a dichos problemas. En Chad, por ejemplo, han recibido el 32% de los 44,4 millones necesarios. «Debido a la escasez de fondos, más de 124.000 niños afectados por el conflicto todavía no han sido vacunados contra el sarampión, más de 83.000 siguen sin tener acceso a agua potable y más de 208.000 no van al colegio», ha alertado.