Las únicas desavenencias son las relativas a la convocatoria de plazas de bombero en la OPE de 2016, aseguran el director del Servicio de Bomberos, Víctor Rubio; el jefe de la sección de Prevención, Inspección y Divulgación, Juan Carlos Cisneros; el jefe de la sección de Formación, David Ruiz; y el jefe de la sección de Intervención Operativa, de Parques, Campañas y Grupos, Pedro Zaro.

Los directivos del servicio señalan al respecto que, cuando accedieron al cargo, ya sabían que la falta de personal era el «más grave problema» al que se tenían que enfrentar.

En ese sentido, comentan que, en los últimos años de gestión de UPN, «no hubo renovación de plantilla, algo muy grave en un Servicio de Emergencias, pero muy en la línea de lo que los anteriores gestores tenían pensado para Bomberos de Navarra».

«La herencia recibida», agregan, fue «una oposición chapucera que incumplía las necesidades formativas de nuestro personal y con 10 escasísimas plazas que condenaban a la inviabilidad de este Servicio».

Aunque reconocen que «la velocidad a la que se mueve la Administración es más lenta que nuestras necesidades operativas», los directivos de los bomberos también destacan que con el actual Gobierno «la tendencia hacia la desaparición de este Servicio se ha revertido».

Los tiempos en los que la falta de personal se suplía con «miles» de horas extras «afortunadamente quedaron atrás» y ahora el proyecto está basado en medidas de racionalización de recursos e implicación de todas las partes, «desde el convencimiento de que tanto gestores como trabajadores debemos buscar puntos de encuentro para reinventar y mejorar el servicio a la ciudadanía», subrayan.

«En ello hemos empleado parte de nuestro tiempo estos meses y dejamos abierto el debate en Bomberos, convencidos de que la respuesta será positiva y que se llegará a acuerdos entre plantilla y responsables de Interior», concluyen.