El Plan, elaborado con la participación y aportaciones de los y las profesionales del Instituto de Salud Pública y Laboral de Nafarroa (ISPLN), ha sido presentado por el consejero de Salud, Fernando Domínguez, y por la directora gerente del ISPLN, María José Pérez Jarauta, quienes han estado acompañados por varios responsables del ISPLN.

Según ha explicado la directora gerente, «se pretende responder mejor a la actual situación de salud navarra, mirando hacia el futuro, para tratar de alcanzar y mantener el máximo nivel de salud en la Comunidad», en línea con el Plan de Salud de Nafarroa 2014-2020 y el Acuerdo programático, que recoge entre sus compromisos el impulso de la Salud Pública y la salud en todas las políticas, y el propio Plan de acción del Departamento, con un enfoque integrador de la salud pública y la asistencia sanitaria.

El primer reto consiste en un cambio demográfico, con una baja tasa de natalidad y una población envejecida (121.236 personas mayores de 64 años en 2015, un 19% del total, y se prevé llegar al 21-22% en 2022) así como una alta esperanza de vida media al nacer (83,84 años en 2015), pero no tan alta la esperanza de vida en buena salud. En este sentido el principal objetivo es lograr una buena salud y calidad de vida durante todos los años que se vivan.

A este reto de transición demográfica se suma el epidemiológico, que supone un cambio en el patrón de morbilidad: de las enfermedades transmisibles a las no transmisibles. Los datos de los últimos estudios de la OMS sobre carga mundial de enfermedad demuestran que la mayoría de ésta se produce por enfermedades crónicas no transmisibles. En la Declaración de la ONU de 2011 sobre enfermedades crónicas se estableció la Estrategia 4x4 de prevención para las cuatro principales enfermedades crónicas (enfermedad vascular, cáncer, diabetes y enfermedad respiratoria crónica) abordando cuatro factores de riesgo: tabaquismo, abuso de alcohol, inactividad física y dieta desequilibrada (asociadas estas dos últimas generan sobrepeso y obesidad).

De igual modo, el abordaje de los determinantes de la salud, es decir, cuales son las causas y las ‘causas de las causas’ es esencial. Además de la edad, el sexo y los factores genéticos, son determinantes los estilos de vida de las personas, las redes sociales y comunitarias de apoyo, y las múltiples condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales (la educación, situación socioeconómica, empleo y su calidad, vivienda, transporte, riesgos ambientales…). En conjunto, se estima que todos estos factores, sin incluir el sistema asistencial sanitario ni los factores genéticos, contribuyen en más del 60% al estado de salud de una comunidad.

Pero los factores anteriores no se distribuyen de igual manera en todos los grupos y personas, generándose desigualdades en salud, es decir, diferencias en salud que son sistemáticas, injustas y potencialmente evitables, que constituyen otro reto fundamental para la Salud Pública actual.

Entre los 27 proyectos de este primer Plan de Salud Pública, algunos se mantienen con mejoras u optimizaciones, como los relacionados con la seguridad alimentaria, los riesgos ambientales, las enfermedades transmisibles y las vacunaciones; incrementan y diversifican sus acciones los relacionados con algunos estilos de vida como ejercicio físico, alimentación, tabaco y alcohol. Y otros son proyectos estratégicos para afrontar los nuevos retos descritos mirando al futuro.