Osasuna ha firmado una nueva actuación para el olvido, esta vez en casa de un Espanyol que, prácticamente sin hacer nada, ha marcado tres goles y apenas ha concedido ocasiones, ejemplo del querer y no poder de los rojillos.

A los 17 minutos de juego ya se han adelantado los locales con un gol de Caicedo, gol que no ha suscitado reacción alguna entre los juegadores de Osasuna. Pero lo peor ha sido cuando Oier, tras una decisión arbitral más que discutible, ha visto la roja y provocado un penalti en el 27 de partido, penalti que ha sido detenido por Sirigu.

Con diez jugadores pero tan solo un gol abajo en el marcador, se esperada una reacción rojilla a la vuelta de los vestuarios, reacción que no se ha podido percibir tras el segundo gol local a los 27 segundos de comenzar el segundo tiempo.

Con el partido ya sentenciado, se podría evitar el aburrimiento de la segunda mitad, en el cual los rojillos apenas se han acercado a la portería de un Espanyol que no ha hecho más que dormir el encuentro.

La desgracia rojilla ha hecho que un error de la defensa osasunista regalara el tercer gol a Gerard Moreno, que no ha fallado en el mano a mano con Sirigu.

Osasuna continúa última en la clasificación con tan solo diez puntos en su casillero.

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