BIZIGOGOZ
Oloron Sainte Marie, una sorpresa interminable
Vistas sobre el barrio Sainte-Marie.

BIZIGOGOZ|2014/09/22

Situado en el corazón de Bearne, Oloron Sainte-Marie aguarda rodeado de un hermoso paisaje verde, bosques frondosos y pueblos pintorescos. Se trata de una localidad de 10.000 habitantes que destaca por su patrimonio histórico. La ciudad cuenta con tres barrios históricos: Santa Cruz, Notre-Dame y Santa Maria.  Os invitamos a descubrir este pequeño y desconocido rincón del Pirineo francés.

Siguiendo el rastro de las antiguas murallas que protegían la ciudad hacia la zona alta, se encuentra el tranquilo barrio medieval de Sante-Croix o Santa Cruz. Es uno de los tres barrios históricos con los que cuenta la antigua capital del Alto Bearne. Partiendo desde el centro de la ciudad, junto al río Aspe cruzamos un pintoresco puente floreado que ofrece un cuadro incomparable a los visitantes. Se trata de una pasarela idílica, que cuenta como telón de fondón con las casas que cuelgan sobre las aguas del río; es el escenario para hacernos unas fotografías de recuerdo. A través de esta pasarela se accede a la escalinata que parte del edificio de Caisse D'Espagne y recorriendo el tranquilo Paseo de Bellevue se accede a la iglesia Sainte-Croix. La primera construcción data del siglo XI y en el interior cuenta con arcos románicos. También se aprecia la inspiración mozárabe de su cúpula y luce un retablo barroco del principios del siglo XVIII.

Las torres puntiagudas de la ciudad, sus tejados de pizarra y las montañas de los Pirineos se pueden divisar desde la Torre de la Grède, que acoge una escenografía dedicada a la fauna del valle de Ossau. También desde lo alto de la torre advertimos el aroma a chocolate que inunda la ciudad procedente de la fábrica de los que dicen ser los maestros chocolateros de Europa.  
El barrio medieval también nos abre las puertas de la Casa de Patrimonio, que a través de sus exposiciones permanentes y temporales nos sumergen en la historia y tradiciones de la ciudad.

Patrimonio mundial


Al barrio Notre Dame se accede bajando la calle Dalmais, que nos lleva directos de la Torre de Grède al lado derecho del puente de Santa Clara. El barrio Notre Dame se forma de estrechas calles que protegen la iglesia de su mismo nombre. Cruzando el puente de Santa Clara, en el que hondean banderas de diversas naciones europeas, y caminando por el centro de la ciudad a junto al Jardín Municipal nos adentramos en el barrio de Sainte-Marie o Santa Maria. El origen del barrio se remonta a un asentamiento ibero-celta llamado Iluro.
Cuenta con especial interés la Catedral Sainte-Marie de los siglos XII y XIII, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Luce una portada románica que ha conseguido mantenerse en el tiempo. Esta catedral fue mandado a construir por el vizconde de Bearne Gastón IV y fue la sede episcopal de la antigua diócesis de Oloron.

Caprichos para el paladar


Además de su patrimonio arquitectónico único, sumergiendote en la gastronomía de la del Bearne disfrutarás más de la ciudad. Los quesos elaborados de forma artesanal son la gran delicia de este rincón de los Pirineos. Los quesos elaborados por pastores con leche de oveja, vaca o mezcla de ambas, son auténticas delicias con sabor a naturaleza. Aun así, el cerdo es la producción por excelencia en esta región, parte de la tradición del Bearne. Después de engordarlo durante meses se preparan salchichas, callos, jamones curados, morcilla o los famosos confits. La carne porcina también está presente en la garbure, la tradicional sopa bearnesa. Se elabora con verduras de temporada y con alubias blancas.  El mejor acompañante en la mesa es un buen vino de la zona, El Jurançon.

Perderse en esta antigua villa llena de historia, caminando por sus verdes paseos y disfrutando de su arquitectura, puede ser un plan perfecto para un fin de semana otoñal. Tranquilo y relajante, visitar Oloron Sainte-Marie resulta capichoso, un gustazo para todos los sentidos.