La tercera colaboración entre Clint Eastwood y Don Siegel cobró forma a partir de una extraña novela escrita por Thomas P. Cullinan y que llevaba por título “A Painted Devil”. Enraizada en ese género tan peculiar y sugerente como es el gótico estadounidense, el original literario incluía en su trama todos los mecanismos que se le pide a una novela de estas características. Lo extraño asomaba en el marco de un cuento siniestro enmarcado en el profundo sur estadounidense y se desarrollaba en un entorno claustrofóbico y rodeado de penumbras.

Ambientado en la guerra de secesión estadounidense, el argumento gira en torno a un soldado yanqui herido que es rescatado por una niña perteneciente a una escuela de “señoritas del sur”. Se trata de un pequeño grupo de mujeres que se mantienen seguras en su soledad y que poco a poco empezarán a sentirse atraídas por el recién llegado, y éste utilizará dicha atracción para su provecho, enrareciendo el ambiente. De esta manera, los celos, y lo que éstos pueden conllevar, hacen acto de presencia y sirven como detonante telúrico.

Desde el comienzo, “El seductor” (1971) fue un proyecto muy arriesgado e incluso Eastwood no estaba del todo convencido de interpretarlo a pesar de haber sido él quien le envió la novela a Siegel. Finalmente, el cineasta convenció al actor de que debía asumir el papel protagonista ya que le vendría muy bien a su carrera, artísticamente hablando, y no se equivocó porque su rol figura entre los más destacados de su carrera.

Eastwood y Siegel se emplearon a fondo para lograr mantener los aspectos más interesantes, morbosos y atractivos del original. Incluso, el actor tuvo que enfrentarse a la productora porque quería a Jeanne Moreau para el papel femenino central, que terminó interpretando una impresionante Geraldine Page. Además de eso, el actor rebajó su salario, y junto con Siegel acordó dar un tono adecuado a una película que tenía apariencia de western, pero que en realidad era un cuento de terror. “El seductor” se tradujo en un sonoro fracaso comercial y tan solo las buenas críticas que cosechó en el Estado francés provocaron que hoy sea considerada una obra de culto.

Cuarenta y seis años después, Sofia Coppola se ha propuesto dar una nueva vuelta de tuerca a la novela original de Thomas P. Cullinan y ha optado por ser fiel a su discurso a la hora de recrear la historia ya consabida pero desarrollada desde el punto de vista del grupo de mujeres que comparte refugio en el colegio olvidado. La autora de filmes tan aplaudidos como “Las vírgenes suicidas” y “Lost in Traslation” se ha referido a su nuevo filme –que llevará por título “La seducción”– como «un ejercicio muy personal. Nunca fui consciente de que estaba filmando un remake. Lo que más me atrajo fue la historia narrada por Cullinan y contarla desde el punto de vista de una mujer; poder entrar en ese universo claustrofóbico de mujeres atrapadas en una escuela para chicas».

Protagonizada por Nicole Kidman, Elle Fanning, Kirsten Dunst y Angourie Rice, a Colin Farrell le ha correspondido asumir el rol del extraño que irrumpirá en esta comunidad cerrada y cuya presencia dinamitará la conducta enclaustrada y las relaciones que compartían un grupo de mujeres.