Pablo CABEZA
BILBO
Entrevue
MIKEL KAZALIS
GUITARRA DEL GRUPO ANESTESIA

«La libertad es uno de los ejes de las letras, así como la autocritica»

Anestesia se aproxima a las tres décadas de vida. Su nombre es un referente en el metal y con su nuevo álbum, «Zirkulutik espiralera», a nueve años de «Terapia», vuelven a demostrar que su mezcla de thrash y jarkore se mantiene en la cúspide emocional del género. Trece canciones de viernes porque suenan terroríficas. Trece canciones de buena suerte porque hay clase, potencia y resultados.

Ha tardado Anestesia en materializar de nuevo sus vivencias, pero la distancia queda evaporada con la llegada del fornido y densa “Zirkulutik espiralera”, el trabajo de Mikel, Ibon, Dani y Beloki, quienes han encontrado el mejor camino para retomar el tiempo de quietud. “Inoiz baino gehiago” marca un inicio brutal con thrash-core salvaje y acelerado. “Noraino versus nondik” suena más rasposa y pesada, arrastra el ritmo como un fantasma condenado sus infinitas cadenas. “Korapiloak” rompe todos los músculos. Despega como un bestia, repta y vuelve a ser pedal de aceleración. Prosiguen los tiempos de calma y oleaje. El thrash sucio se desboca al girto de “Maite zaitut, hil nazazu”. “Hildakoen bisita” comienza a machetazos desde la batería, remacha la guitarra, se encona la garganta hasta romper, como en tantas canciones, y sigue en espiral en terreno más rockero. “Droneak, gerra makurra” es opaca, trabada, intestinal con un punto death, que no es el único del disco. “Arrain abisalak”, va al thrash thrash mordiendo a cada compas. “Epaia” son treinta segundo para que uno aproveche y reviente. “Erre” es poderosa, va con mazazos, cambios de ritmos y tramos lentos y profundos, próximos al doom. Muy ambiental. Cierra disco “Espirala”, el corte más diferente de todos. Busca la atmósfera, el blanco y negro. Es una maravilla de pieza con un soberbio gisto en las guitarras.

Anestesia inicia su historia en el 88 tras la inquietud de Mikel Kazalis (Negu Gorriak, Kuraia, 2Kate, Matxura). Debuta discográficamente en 1993 con “Gorrotoaren ahotsa” (Esan Ozenki, 1993. Este es su sexto disco, del que llevan tres presentaciones, la última este mes en Kafe Antzokia de Bilbo, con aforo completado y un concierto demoledor que Kazalis agradece a toda la audiencia.

¿Después de una situación de reposo, qué motivo devuelve a la bestia al disco y al directo?

Llevábamos un tiempo sin tocar, aparte del concierto de apoyo a Kukutza cuando lo cerraron y algún ongi etorri en petit comité, unos años sin subir a los escenarios. Y en el 2013, para celebrar nuestro 25 aniversario, quisimos hacer algo. Al principio comentamos hacer el famoso DVD con nuestra historia, un proyecto que se nos quedó congelado, pero al final decidimos celebrarlo de la mejor manera que sabemos: haciendo cinco o seis conciertos. Así lo hicimos, y nos quedamos impresionados de la respuesta de la gente, y, sobre todo, vimos que la banda estaba en forma. Entonces nos dijimos: ‘¿Nos vamos juntando en el local, a ver qué material nuevo nos va saliendo?’. Y poco a poco fuimos componiendo temas, viendo que sonaban bien, tuvimos buenas sensaciones, y así llegamos hasta trece..

¿Alguna vez se llegó a romper Anestesia o siempre han sido parones incluso en sus días de Negu Gorriak o Kuraia?

Nunca se ha disuelto. Simplemente, a veces, descansamos para no seguir por inercia. Es un lujo que nos permitimos, y que asegura que cuando hacemos algo, lo hacemos de verdad. Es peligroso que el mercado o alguna otra razón te obligue a tener un disco al año. Nosotros no somos tan prolíficos, y seguimos un ritmo totalmente natural, aparecemos cuando tenemos algo que ofrecer y que nos convenza. Y sí, es verdad que hemos aprovechado esos parones para hacer otros proyectos musicales que nos apetecía. Todos hemos estado en otras bandas paralelas. A veces coincidiendo en activo, y otras veces cuando estamos parados. Pero ninguna de esas bandas ha hecho que Anestesia desaparezca, desde que entré en Negu Gorriak empecé a oír el rumor de que Anestesia se había separado, y ya ves… ¡27 años!.

Anestesia se forma en el 88 tras disolverse Estigia. Graban dos maquetas y llega la primera aparición en un disco, el recopilatorio «Thrashing till death», es setiembre de 1990. Han transcurrido 25 años pero escuchando el nuevo disco parece que la densa energía del inicio sigue su historia sin quiebros.

Dejé Estigia en el 88, y ya estaba maquinando Anestesia. Éramos tres tíos de los cuales dos no habían tocado nunca nada prácticamente, y yo que llevaba un poco de tiempo tocando el bajo me pasé a la guitarra, instru jmento en el que era totalmente novato. Así que de tocar nuestros instrumentos no teníamos ni idea. Pero aún así, recuerdo que en seguida vimos que había algo, que sonábamos con rabia. Y sí, creo que tienes razón, todavía mantenemos esa fuerza, por eso seguimos tocando, Está claro que el día que no notemos eso en el local de ensayo, lo dejamos.

En la lucha thrash/jarkore, parece que el thrash domina un poco más el aire del nuevo disco, aunque la velocidad llama mucho la atención y puede que, en un principio, parezca la base. ¿Supongo que compones y partes desde el thrash, aunque hablemos, por ejemplo de «Droneak gerra makurra»

En este disco, hemos jugado con muchos estilos dentro del nuestro. Quiero decir que es muy variado. Los temas son diferentes entre sí, y también dentro de los propios temas hay muchos cambios. Rítmicamente es supervariado, comparando por ejemplo con el anterior disco, “Terapia”, que era algo más lineal. Hemos recuperado aspectos de nuestros primeros tiempos, en la época de las maquetas, donde había muchos cambios de ritmo y velocidad. Quizás no sea muy hardcore como dices, pero sí tiene bastante velocidad y brutalidad. Eso nos comenta la gente. Y, cierto, “Droneak, gerra makurra” es uno de esos ejemplos. Tiene un montón de ritmos, desde el más acelerado, hasta los más pesados del disco. Y cuenta también con elementos de un metal más cercano al death en algunos riffs. Nos sorprendíamos a nosotros mismos en el local, pero nos gustaba, y adelante..

Compone, produce, graba y masteriza en su estudio Fidelenea, más textos.

Sí, pero en este disco hemos tenido tres colaboraciones en las letras, más que nunca. Hay una que es de Fermin Muguruza (“Droneak, gerra makurra”), quien ya nos había hecho otras dos letras antes, “Basurdearen irrintzia” y “Abiadura handiko burmuinak”. Luego está “Abdikazio”, con la colaboración del poeta y dramaturgo bilbaíno Jon Gerediaga, cuyo texto descubrí a través de Ander Lipus, por una casualidad, y me encantó . Y casualmente la empezamos a ensayar el día que el rey abdicó. Y la tercera colaboración es de Doc Arritmia, escritor y activista musical catalán, cuyo poema “Nudos corredizos” lo hemos adaptado para hacer “Korapiloak”. Todas encajaban muy bien en nuestro estilo de letras..

¿Qué temas o detalles le inspiran las letras? ¿Cuál es el filtro?

Buff…, depende del momento. Pero quizá, visto después de tantos años y tantas letras, sí que haya elementos habituales. Creo que la libertad, aplicada a muchos aspectos de la vida, es uno de los ejes de las letras, así como la autocritica, bastantes veces hacia el ser humano. Y, sobre todo, no ser dogmáticos ni de adoctrinar a la gente, sino más de soltar preguntas para hacernos pensar. No somos muy panfleteros. Y, a veces, son estados de ánimo que exteriorizas como terapia personal.

¿Con su experiencia era lógico que terminara al frente de un estudio, Fidelenea?

Cada músico va por su camino, y a mí es verdad que bastante pronto me empezó a interesar el sonido, más que nada porque quería que mis discos sonaran como quería. Cuando grabábamos con Kaki Arkarazo aprendía mucho de él, pero me dijo que aunque no moviese los botones, era yo el que mezclaba el disco de lo pesado que me ponía con el sonido. Estaba encima de él todo el rato. Hacia el año 2000 empecé a hacer cosas primero en Shot!, de Arrasate, donde Iñaki Bengoa me dio la oportunidad de aprender, grabé algún disco mítico como el primero de Eraso. Y luego estuve un poco con Kaki en Garate, donde grabé de todo: niños, payasos, folk, pop… Renía poco trabajo, y me puse a grabar en Fidelenea, en el local que tengo en Zarautz.