Aritz INTXUSTA

La financiación oculta del Corpus, a debate también en Iruñea

El Ayuntamiento de Iruñea encontró facturas de 2.000 euros que se giraban todos los años para alfombrar con hierba fresca y pétalos las calles en la procesión del Corpus y decidió cortar por lo sano, decisión que UPN tacha de «sectaria». La fiesta transcurrió con normalidad y los pétalos los echaron los fieles.

Tres jueves hay al año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión», reza el refrán. Pero, pese a la supuesta importancia teológica de dichas festividades, lo cierto es que tanto el Corpus como la Ascensión fueron trasladados de jueves a domingo en 1990 para intentar salvar la fiesta católica, que se iba a pique después de que en 1989 se quitaran del calendario de festivos.

La procesión del Corpus ya no se celebra ni en Gasteiz ni en Donostia y se mantiene reducida a su mínima expresión en Bilbo. En Iruñea, sin embargo, es otra cosa. La semana pasada, el vicario remitió una carta formal al Ayuntamiento de Iruñea –que generó registro de entrada– para que «como venía haciendo hasta ahora, alfombrara las calles con hierba recién cortada y pétalos de flores», según indicaron a GARA responsables municipales. En ese aviso se indicaba también cuál iba a ser el recorrido de la procesión, que este año fue un poco más larga de lo habitual.

La carta causó cierta sorpresa, la misma que se tuvo al comprobar que todos los años se giraban facturas de en torno a 2.000 euros para esparcir las hierbas y los pétalos. «Respondimos al Arzobispado que no hay partida ni convocatoria de subvenciones, por lo que no podíamos asumir ese gasto», subrayan estos responsables del área de Conservación Urbana. Asimismo, aseguran que les ofreció ponerse en contacto con la citada subcontrata para poder continuar engalanando las calles como hasta ahora.

Realmente, siempre según estas fuentes, estos pagos difícilmente pueden considerarse como una malversación de fondos públicos pese a que no aparecían reflejados en ninguna parte. «Al tratarse de una cuantía de 2.000 euros se puede abonar contra factura, como si fuera un imprevisto más del área», explican desde el Ayuntamiento. No obstante, no es el procedimiento correcto, porque esta festividad no resulta ningún imprevisto. La fórmula elegida supone un manto de opacidad de un gasto que era muy discutible para otras sensibilidades políticas, sobre todo, habida cuenta de que UPN no tenía mayoría y necesitaba de los tres ediles del PSN.

El Arzobispado salió públicamente dando una información errónea, cuando no abiertamente falsa sobre el asunto. La portavoz, Ana Cristina Oria, subrayó que les habían avisado el jueves por la mañana «y a estas alturas nos es imposible contactar con una empresa que nos haga el trabajo». Esta información resulta poco veraz, puesto que se les indicó cuál era la empresa que hacía este trabajo hasta ahora con fondos públicos. De todos modos, Oria añadió que «no teníamos previsto ese gasto» Según el testimonio de esta portavoz, en el Arzobispado no se era consciente de que UPN pagaba por este trabajo. Al parecer, con el Ayuntamiento anterior estas cosas ni se preguntaban.

Pese a que les han «cazado» abonando facturas en favor de la Iglesia sin pasar por el pleno, UPN respondió a la ofensiva. «Se trata de una decisión puramente política que supone un nuevo ataque contra las tradiciones de nuestra tierra y contra los sentimientos de decenas de miles de pamploneses a los que Asiron no solo no quiere representar, sino que directamente ataca», manifestó. Según la formación, el Ayuntamiento tomó la decisión de no pagar «con excusas cobardes y mentiras». Es más, añade que el alcalde, Joseba Asiron, «se aprovecha de la educación, la calma y el sosiego que practican la mayoría de los pamploneses». Y en definitiva, para UPN todo resulta «una demostración de sectarismo».

Frente al enconado debate en el plano político que ha suscitado el descubrimiento de estas facturas, sí hubo pétalos el domingo, aunque no hierba fresca. Al final, fueron los creyentes que acudieron a la procesión o las familias de los recién comulgados quienes lanzaron las flores, tal y como ocurre en todo el resto de pueblos de Nafarroa donde se festeja ese día. Muchos de estos pétalos fueron donados por floristerías, probando que el pago de 2.000 euros a una empresa, además de irregular y anacrónico, era inútil.

El Corpus, en otros lugares

Iruñea no es una isla en torno a esta polémica. Quitando en lugares donde esta festividad tiene importante arraigo, como en Toledo (donde se sigue celebrando en jueves), son numerosos los lugares donde los gastos que causa esta festividad están en entredicho. Así, en Zaragoza, Chunta Aragonesista denunciaba también facturas por horas extras de empleados municipales por un montante menor incluso que el de Iruñea, unos 1.600 euros.

Por otro lado, el año pasado, el Ayuntamiento de Palma de Mallorca retiró todas las subvenciones (ahí sí que figuraban en los Presupuestos) a la fiesta del Corpus, a la par que empezó a exigir a las cofradías de Semana Santa que corrieran con los gastos de la limpieza. 

En Sevilla, quienes hasta ahora han dado la batalla han sido los concejalas de IU, que han cuestionado por excesivos los 15.000 euros que se gasta el Consistorio en colocar banderolas y pendones por casas y farolas.

En otros puntos del Estado como en Valencia o Cádiz se la considera fiesta grande y, tras la llegada del cambio, la polémica se centra en que el alcalde no acude a la procesión. La situación es análoga a lo que ocurre en Iruñea con el Voto a las Cinco Llagas, ya que este símbolo aparece en el envés de la medalla de la ciudad por vincularse a un episodio histórico y a un presunto milagro.