David LAZKANOITURBURU

Base de la retaguardia del ISIS o nuevo escenario de la yihad en Europa

Con la operación policial aún en marcha, pocas son las certidumbres y muchos los cabos sueltos –algunos de ellos sin duda intencionados–, en torno a la macabra secuencia de acontecimientos de estos dos días en Catalunya.

Lo que está claro es que el atropello en Las Ramblas y su, de momento, epílogo en Cambrils ponen punto final de forma abrupta a la ausencia de atentados en el Estado español desde el inicio de la ofensiva del ISIS en Europa en 2015. Tres años de «calma» en los que, sin embargo, han sido cientos los sospechosos detenidos por las Policías y que contrastaban hasta ahora con el hecho de que fue Madrid el 11-M de 2014 el escenario del mayor atentado hasta la fecha en suelo europeo.

Tampoco ha sorprendido el escenario elegido, la Barcelona (y el Cambrils) capital turística continental. Tampoco hay que obviar el hecho de que Catalunya es, incluso más que la capital española y las plazas africanas de Ceuta y Melilla, un vivero del yihadismo y de interpretaciones salafo-yihadistas del islam.

No obstante, y con todas las precauciones, hay elementos que permiten vislumbrar, más allá del modus operandi, diferencias con respecto a atropellos como el de Niza, Berlín. Y es que en aquellos casos todo apuntó a acciones salvajes de lobos solitarios, mientras que los datos filtrados hasta ahora, desde la deflagración de depósitos en Alcanar hasta la huida del presunto autor del atropello en Barcelona, terminando con la muerte de cinco presuntos yihadistas en Cambrils, evidencian que se trata de un plan bastante más, y «mejor», organizado.

Las investigaciones revelarán si estamos ante uno o incluso varios comandos o ante una suerte de «manada de lobos solitarios» –no hay que olvidar que no iban armados hasta los dientes como en el Bataclan parisino– dispuestos a atacar a Occidente siguiendo las órdenes de los emires del ISIS a través de internet.

Dos son las principales hipótesis, a cada cual más escalofriante, que a estas alturas se pueden manejar. La primera, la de que estaríamos ante una (o unas) célula(s) dormida(s) radicadas cerca de la frontera del Estado español, una suerte de base de retaguardia yihadista para sus ataques en Europa. La explosión de Alcanar les habría urgido a «actuar» antes de ser descubiertos.

La segunda hipótesis apunta a que precisamente preparaban en Alcanar el explosivo para un gran atentado con camión bomba en la capital condal. El ISIS, expulsado de Mosul y –pronto– de Raqa, habría decidido lanzar una ofensiva total. Sea como fuere, ni siquiera consuela pensar que esa precipitación pudo servir para evitar una tragedia aún mayor.