
Hace justo una semana, la presidenta de la denominada Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, arremetía contra el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, al afirmar que todos los obispos que llegan a Euskal Herria sufren el «síndrome de Estocolmo» y asumen el lenguaje de la izquierda abertzale. Las acusaciones fueron consecuencia de unas palabras del propio obispo, quien pidió a las víctimas de ETA que «tengan esperanza» porque «hay arrepentidos» entre aquellos «que les han hecho daño», aunque sean «pocos», y que «merecen ser perdonados».
Al parecer, las acusaciones de Pedraza han tenido su efecto. Ayer, el propio Munilla presidió una misa celebrada en la basílica de Santa María. Durante su homilía, dedicó algunas palabras a la conferencia de paz que se celebrará los días 10 y 11 de octubre en Donostia y quiso aportar su grano de arena con tres reflexiones «con un importante contenido moral», que giraron en torno a las víctimas.
Por una parte, exigió, como condición a la celebración de la conferencia, una condena «explícita» del terrorismo por parte de los grupos que quieran participar en ella. «El diálogo sobre la paz solo tiene sentido en el supuesto de que se inicie y se concluya con una condena explícita al terrorismo», llegó a afirmar ante los feligreses.
También centró sus palabras en reconocer la existencia de diversos tipos de víctimas y de violencias, aunque la mención derivó en una advertencia: «Éstas no deben ser utilizadas como una maniobra de distracción que le libere a cada uno de su obligación moral de arrepentimiento y de petición de perdón hacia ellas.
En cuanto a la participación de las víctimas en este tipo de foros de diálogo, sentenció que «si son excluidas o si simplemente no recaban su apoyo», las conferencias «carecen de la necesaria autoridad moral».
Conviene recordar que el objetivo principal de la conferencia internacional que el primer edil de Donostia, Juan Karlos Izagirre, anunció durante la celebración del octavo congreso de Mayors for Peace en Hiroshima, es compartir experiencias entre alcaldes e instituciones locales de todo el mundo que hayan o estén realizando aportaciones a la resolución de conflictos políticos.

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