NAIZ
PARÍS

El Gobierno francés vuelve a saltarse la votación parlamentaria de su reforma laboral

El primer ministro francés, Manuel Valls, ha anunciado que ha decidido recurrir de nuevo al artículo 49.3 de la Constitución para aprobar en la Asamblea Nacional su proyecto de ley de reforma laboral sin someterlo a votación.

El primer ministro francés, Manuel Valls, en la Asamblea Nacional. (Thomas SAMSON/AFP)
El primer ministro francés, Manuel Valls, en la Asamblea Nacional. (Thomas SAMSON/AFP)

El recurso al polémico instrumento constitucional, según ha dicho Valls ante los diputados, ha sido decidido porque el Ejecutivo está convencido de que es un texto «de progreso social», que responde a las necesidades del país, y debe adoptarse.

La reforma quedará aprobada en esa cámara a menos que la oposición introduzca en las 24 horas siguientes una moción de censura, algo que los diputados conservadores han avanzado que no se plantean hacer.

En caso de que se mantenga ese plan y no haya ninguna moción, el texto irá al Senado para una segunda lectura, y, si hay discrepancias, pasaría de nuevo a la Asamblea para su votación definitiva, donde el Ejecutivo podría servirse por tercera vez de ese artículo, tachado por la oposición de antidemocrático.

La última vez que el Ejecutivo francés recurrió al 49.3 fue el pasado 10 de mayo en la primera lectura de este controvertido proyecto de ley que toma el nombre de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri.

Valls ha destacado, en una acalorada sesión parlamentaria en la que el grupo conservador Los Republicanos ha abandonado el hemiciclo tras anunciarse el recurso al 49.3, que el texto ha sido objeto de un amplio diálogo social y es necesario seguir adelante.

«La estrategia de unos y de otros a menos de un año de las presidenciales no debe bloquear el país. (...) No es intransigencia, pero en este momento difícil internacional y europeo, no quiero dejar que las divisiones alimenten las fracturas», ha destacado el jefe del Gobierno francés.

Valls ha señalado que actúa teniendo en cuenta el «interés de los franceses» y ha recordado que el texto responde a la intención de que «el país sea más fuerte» frente a la competencia internacional, las empresas tengan más flexibilidad a la hora de invertir y los trabajadores estén más protegidos.

Esta polémica ley del Gobierno francés ha causado numerosas críticas desde la izquierda, sindicatos y organizaciones juveniles, que han convocado este martes la décimo segunda jornada de movilización nacional desde que se filtraron en febrero sus primeras disposiciones.