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Las milicias chiíes rebajan la tensión al abandonar la Embajada de EEUU en Bagdad

Tras su demostración de fuerza al irrumpir en la Zona Verde de Bagdad, la coalición chií iraquí Hashd al-Shaabi ha decidido retirarse de la Embajada de EEUU en Irak, que ha estado toda la noche rodeada por cientos de manifestantes, y rebajar así la tensión entre Irak y su aliado estadounidense y alejar el temor de que Irak se convierta en escenario del enfrentamiento entre Washington y Teherán.

Un manifestante muestra una bandera iraquí tras lograr entrar en un edificio de la Embajada. (Ahmed AL–RUBAYE | AFP)
Un manifestante muestra una bandera iraquí tras lograr entrar en un edificio de la Embajada. (Ahmed AL–RUBAYE | AFP)

Cientos de miembros y seguidores de la coalición chií iraquí Hashd al-Shaabi se han retirado esta tarde de las inmediaciones de la Embajada de EEUU en Bagdad, que ayer fue blanco de un ataque inédito ordenado por la potente organización que logró irrumpir en la Zona Verde, que alberga legaciones y sedes gubernamentales.

El martes habían conseguido entrar en una parte del complejo estadounidense y quemar algunas de sus instalaciones, aunque hoy no se han registrado nuevos incidentes al margen del lanzamiento de gases lacrimógenos y pelotas de goma por parte de las fuerzas de seguridad que protegen el interior del recinto.

Los incidentes han llevado a Washington a enviar «fuerzas adicionales» para apoyar al personal de la legación diplomática, tal y como anunció anoche el secretario de Defensa Mark Esper, que habló de «defensa propia».

Las manifestaciones violentas tienen lugar después del ataque que Washington lanzó el domingo contra posiciones de la milicia chií Kataeb Hizbulah en el oeste de Irak, en el que fallecieron 31 combatientes.

Ese bombardeo fue justificado a su vez por EEUU aludiendo al lanzamiento de proyectiles y cohetes contra bases militares e instalaciones con presencia estadounidense en suelo iraquí, que el Gobierno norteamericano atribuye a la milicia Kataeb Hizbulah, que integra Hashd al-Shaabi.

El día 27 de diciembre un mercenario estadounidense murió por el impacto de proyectiles en la base militar K1 de Kirkuk, en el norte de Irak, siendo la primera víctima mortal de los ataques que se han sucedido en los pasados meses.

Desde su retirada de Irak en 2011 tras ocho años de ocupación, Washington ha perdido influencia en ese país.

Trump versus Irán

Nada más empezar los asaltos, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha acusado a Irán de instigarlos y ha añadido que «lo pagará muy caro» en casos de que se produzcan víctimas.

El Gobierno de Irán lo ha negado y alerta a las autoridades de Washington respecto a cualquier error de cálculo y acto imprudente. El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Abbas Musavi, ha dicho que «estamos ante una especie de obscenidad estadounidense y errores de cálculo repetitivos».

Esas acusaciones de EEUU contra Irán son un insulto a la gente de Irak, afirma Musavi, que ha agregado: «¡Cómo y de acuerdo a qué lógica esperan que Irak permanezca en silencio contra todos estos crímenes!», en alusión a las 31 muertes.

El portavoz iraní aconseja a las autoridades estadounidenses que no olviden que los iraquíes todavía los consideran «ocupantes» e insta a la Casa Blanca a reconsiderar sus políticas destructivas en la región.

El guía supremo iraní, Ali Jamenei, ha negado cualquier responsabilidad de la República Islámica en el asalto a la Embajada de EEUU.