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Descubren que los rapes negros y blancos pueden hibridar y reproducirse «de forma viable»

La investigación llevada a cabo por el centro tecnológico vasco Azti cuestiona la fiabilidad de los métodos de clasificación que se han llevado a cabo hasta ahora con estos peces que se suponía que eran especies distintas.

Imagen de un ejemplar de rape blanco, de la especie Lophius piscatorius. (AZTI)
Imagen de un ejemplar de rape blanco, de la especie Lophius piscatorius. (AZTI)

Un estudio realizado por Azti ha demostrado, por primera vez, que las especies de rape negro y blanco pueden «hibridarse y reproducirse de forma viable». Este estudio cuestiona la fiabilidad de los métodos de clasificación de las especies utilizados hasta ahora.

El centro tecnológico explica que el rape negro (Lophius budegassa) y el rape blanco (Lophius piscatorius) han sido siempre considerados especies distintas por las pesquerías y han sido comercializadas como tal.

Esta distinción se ha llevado a cabo en función del color del epitelio que recubre la cavidad intestinal (negro en el rape negro y blanco en el rape blanco).

Sin embargo, un nuevo análisis liderado por Azti, miembro de la alianza BRTA (Basque Research & Technology Alliance), cuestiona la efectividad de este método de identificación y constata la existencia de híbridos, «desconocidos hasta ahora», fruto de la «interrelación entre rapes blancos y rapes negros».

La investigadora Naiara Rodríguez-Ezpeleta, experta en genómica marina de Azti, explica que el rape negro y el rape blanco «hibridan y estos híbridos pueden reproducirse y tener hijos viables».

Además, ha subraya que «el porcentaje de híbridos es muy alto en algunas zonas, casi el 20%».

Cientos de muestras

Para llevar a cabo el estudio, desarrollado en el marco del proyecto GECKA y publicado en la revista especializada ‘Evolutionary Applications’, el personal investigador de Azti ha analizado cientos de muestras de rape blanco, que fueron seleccionadas utilizando el método empleado hasta ahora, es decir, el color del epitelio para asignar la especie.

Las muestras fueron recogidas por diferentes institutos y centros que han colaborado en el análisis a lo largo de toda la distribución de la especie en el Atlántico.

Según la investigadora, al analizar estos ejemplares advirtieron que algunos de ellos «genéticamente eran en realidad rapes negros», concluyendo así que «el color del epitelio no es una característica fiable para establecer ante qué tipo de especie nos encontramos».

«Vimos también que existen híbridos que surgen a partir de la relación entre rapes negros y blancos, pero también entre híbridos y rapes blancos o negros, por lo que podemos asegurar que los rapes híbridos pueden reproducirse, lo que podría tener consecuencias en la conservación de la especie a medio-largo plazo, ya que podría deparar en la desaparición del rape blanco y negro y la prevalencia de la especie híbrida», ha afirmado Rodríguez-Ezpeleta.

Cambio climático

La experta considera «crucial descubrir si esta hibridación se ha producido recientemente en la historia» y ha apuntado al cambio climático como posible causa del incremento de la coexistencia de ambas especies en la misma zona y, por tanto, de la existencia de híbridos.

El rape blanco habita principalmente el Mar Mediterráneo y el Nordeste Atlántico, donde esta especie es administrada por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar en tres stocks o unidades de gestión diferentes: Plataforma Norte, Norte y Sur.

Los estudios previos realizados para evaluar la población de esta especie en el Atlántico no encontraron diferencias genéticas entre los stocks, pero hacía falta confirmarlo científicamente a través del análisis de una gran cantidad de marcadores genéticos, como el estudio de Azti.

Al respecto, la investigadora ha apuntado que se ha comprobado que el rape blanco constituye «una única población genética en todo el Atlántico, un dato importante a la hora de replantear la gestión pesquera de esta especie y realizar las recomendaciones del Total de Capturas Permitidas (TAC) de los stocks».

Así, los resultados obtenidos por Azti son relevantes también para la evaluación de la biomasa de rapes blancos y la gestión pesquera de la especie.

Según los datos registrados por este centro, en los dos últimos años el precio del rape blanco en la primera venta suele ser de unos cuatro o cinco euros y el del rape negro de unos seis o siete el kilo. «Si no se puede distinguir visualmente a ambas especies estos precios no deberían ser diferentes tampoco», puntualiza.

Próximos retos

Los próximos objetivos de la investigación, esta vez con el apoyo económico de la Secretaría General de Pesca, serán estudiar el impacto de los rapes híbridos en la evaluación y gestión de los stocks, incluyendo el impacto económico en la bajada de la biomasa reproductora, o la mezcla de especies.

El proyecto Gecka, liderado por Azti y finalizado en 2020, ha contado con la financiación del Joint Research Centre de la Comisión Europea y los departamentos de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca y el de Educación del Gobierno de Lakua.