Cris BOURONCLE (AFP)

Un gigantesco mural para colorear «la tristeza» en un cerro peruano

El desértico cerro San Cristóbal de Lima, en cuyas faldas viven en modestas casas escalonadas más de 60.000 personas, se ha convertido en un gigantesco mural multicolor que solo pretende lanzar un mensaje alegre. El barrio Leticia ha sido coloreado gracias a un proyecto local liderado por artistas.

El mural de Leticia tiene una extensión de 305.000 metros cuadrados y ocupa un millar de casas.
El mural de Leticia tiene una extensión de 305.000 metros cuadrados y ocupa un millar de casas. (CRIS BOURONCLE | AFP)

El barrio Leticia se ha convertido en epicentro de las miradas tras nueve meses de trabajo en plena pandemia; casi un año de tarea de docenas de vecinos entusiastas que han concluido las labores de pintura llevadas a cabo con el fin de mejorar su entorno en el marco del denominado “Proyecto Arcoíris”.

Ese popular cerro ha sido durante décadas asociado a una de las zonas más densamente pobladas de la capital peruana y a la pobreza, y, por extensión, a la tristeza, una característica reforzada en el imaginario popular por la monocromía del monte y de sus rústicas viviendas. «Cada vez que ahora salgo a la puerta y veo el color, me siento más alegre; eso es lo más importante de esta obra», dice Daniel Manrique, un muralista y pintor de 37 años, y uno de los impulsores de esta obra comunal.

Manrique enfatiza que predomina una sensación de satisfacción por el trabajo comunal que realizaron, «porque los vecinos nos sentimos alegres y responsables. Antes, la gente no se preocupaba por el exterior de su casa, pero, sin embargo, ahora la gente está tomando conciencia de la convivencia».

El mural de Leticia tiene una extensión de 305.000 metros cuadrados e incluye cerca de un millar de casas. En la ingente tarea participaron más de un centenar de vecinos, conscientes de la importancia de sumar esfuerzos e ilusiones, especialmente en momentos de necesidad. «El arte es un arma para el cambio», defiende Carla Magan (37), una artista muralista que también participó en la iniciativa.

Según Magan, el proyecto generó una auténtica transformación, porque han trabajado vecinos, incluso algunos expresidiarios que antes no eran bien percibidos por algunos residentes.

El cerro San Cristóbal se ubica en el distrito del Rímac, próximo al centro de Lima. Sus laderas se sobrepoblaron a partir de la década de 1930 por habitantes desplazados de otras regiones de Perú en busca de un futuro mejor en la capital. «El cerro creció a gran velocidad hacia arriba de forma desordenada, por lo que vivimos un poco tugurizados», admite.
 

El “Proyecto Arcoíris” llegó al Cerro San Cristóbal para celebrar «el Bicentenario del Perú (2021)», detalla Rodrigo Mejía, director ejecutivo de Qroma, empresa que promovió la iniciativa. El resultado hoy se aprecia mejor desde el aire, desde donde se perciben perrfectamente las diversas figuras de chakanas (escalera en quechua la lengua de los incas).