Alberto Matxain

¿Cómo adaptar una ciudad a las olas de calor cada vez más extremas?

La capital francesa se está preparando para hacer frente a las olas de calor que, según se prevé, tendrán lugar durante los próximos años y décadas. La ciudad superó en 2019 los 42 grados, alcanzando una temperatura inédita en los últimos setenta años.

Imagen del centro de París durante la ola de calor de 2019.
Imagen del centro de París durante la ola de calor de 2019. (Vanessa CARVALHO | ZUMA Wire/EP)

París cuenta con un plan climático desde 2007, pero, valorando que el régimen climático ha cambiado, en octubre de 2022 el Consejo de París puso en marcha la misión de información y evaluación llamada ‘Paris à 50º’. Durante estos meses ha elaborado un estudio y sus conclusiones serán entregadas a la alcaldesa de la ciudad como base para el nuevo plan climático y para la adecuación el plan de salud medioambiental de la urbe.

La misión ha formulado 85 recomendaciones para evitar que la capital se vuelva inhabitable durante una parte del año. Entre ellas, pintar tejados de blanco, crear playas, vegetalizar fachadas, renunciar a grandes eventos deportivos y festivales de verano etc. Si bien algunas de las medidas propuestas son poco costosas y fáciles de implementar, muchas otras supondrán inversiones enormes.

El Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos ha censado 774 ciudades densas en el Estado francés. Los núcleos urbanos franceses, densos y demasiado «minerales», contienen muchos aspectos a mejorar, el tráfico, la actividad industrial, el asfalto y los edificios que, debido a su color oscuro y su impermeabilidad, retienen el calor durante el día y lo liberan a la noche, etc.

Calor urbano y aumento de la mortalidad

En las ciudades, durante las olas de calor, las diferencias de temperatura entre los centros de las ciudades y las periferias son notables. Los especialistas franceses llaman al fenómeno «îlot de chaleur urbain» (islote de calor urbano).

Esta diferencia de temperatura es una cuestión de salud pública: durante la ola de calor de 2003, que provocó la muerte de 15.000 franceses y marcó un antes y un después en la percepción de las olas de calor en la sociedad francesa, París registró un exceso de mortalidad del 141%, mucho más alto que el que hubo en las zonas rurales, donde fue del 40%. En el Estado francés, al menos 25,5 millones de personas viven en espacios afectados por el fenómeno del islote de calor urbano.