Laura Díez
PANORAMIKA

Refugios

Las obras de la exposición «Sombras de luz», del artista navarro José Ramón Anda, se pueden ver en la capilla del Museo de Navarra en Iruñea hasta finales de marzo.
Las obras de la exposición «Sombras de luz», del artista navarro José Ramón Anda, se pueden ver en la capilla del Museo de Navarra en Iruñea hasta finales de marzo. (Idoia Zabaleta | FOKU)

Al entrar al museo nos encontramos con un oasis de calma donde poder evadirnos de la rutina y donde reinan otros ritmos y dinámicas. Por un momento, se nos ofrece un tiempo y un espacio para parar y poner la atención en los elementos que damos por hecho. ¿Qué características tiene el lugar que nos acoge? ¿Qué relaciones, actitudes y comportamientos asumimos en su interior?

Al adentrarnos en la capilla del Museo de Navarra en Iruñea, una iluminación tenue muy cinematográfica nos invita a estar en silencio y a hacer un ejercicio de introspección. Hasta el 23 de marzo de 2025 podemos visitar aquí la exposición “Sombras de luz” del artista navarro José Ramón Anda (Bakaiku, 1949). La muestra forma parte de la programación “Todo el arte es contemporáneo” que se lleva a cabo en la capilla del museo. Anda, desde un planteamiento racionalista y espacialista, presenta una serie de esculturas atemporales que ahondan en los aspectos sensoriales de la materia, trabajando con materiales clásicos como la madera, el mármol, el bronce o el alabastro. Se disponen obras de la década de los 80 hasta la actualidad y encontramos temas recurrentes en su personal universo como son los planos cruzados, los dinteles y los troncos vaciados.

El ambiente invita a la calma, a la contemplación y a la reflexión, favoreciendo la observación para transformar lo cotidiano en experiencias visuales profundas. “Sombras de luz” es cómo Anda juega con la percepción del espacio. Al utilizar técnicas de iluminación específicas, logra que ciertas obras se transformen ante los ojos del espectador, generando un efecto de movimiento y dinamismo. Esto no solo enriquece la experiencia visual, sino que también invita a la reflexión sobre la naturaleza efímera de la luz y la sombra y cómo se crean espacios de penumbra que juegan con los límites y arrojan preguntas que producen pensamiento. Este enfoque permite que el espectador participe activamente en la experiencia, ya que la percepción de las obras puede cambiar dependiendo de la cantidad y el ángulo de la luz que las ilumina. Para el artista, «el arte es la búsqueda constante de la luz en un mundo lleno de sombras».

El espacio se conjuga de manera muy equilibrada, predominando una estructura simétrica donde encontramos elementos verticales que aluden a figuras o candelabros y elementos horizontales como mesas o bancos. La exposición se acompaña de un trabajo audiovisual muy poético que fue grabado en el taller del artista, un lugar clave para entender sus modos de hacer y esos aspectos espirituales y meditativos de su obra. El vídeo se proyecta en dos canales y ahonda en la creación de una atmósfera inmersiva. Se ha prestado una cuidada atención a la escenografía, instalando una serie de cortinas que funcionan a modo de telones que cubren los altares existentes; los pliegues de las telas contrastan con la solidez de las piezas. José Ramón Anda logra con “Sombras de luz” transportarnos a un particular estado de sosiego que se agradece como visitante.