Corregir el futuro

Toda narración, sea cual sea la disciplina artística que utilice como medio de expresión, necesita de un elemento que ejerza como fractura, más o menos ostensible, para activar su puesta en marcha. En el caso de la última novela de esta veterana y multipremiada autora estadounidense, el hecho inicial -pero no exclusivo- que asume dicha función es el desencuentro laboral sufrido por su sexagenaria protagonista quien, como consecuencia de la defenestración padecida en la escuela donde trabaja, se verá privada de su tan estimada estabilidad. Esa primera quiebra será el punto de fuga a través del cual su vida quede sometida a una inesperada reformulación.
Con un admirable y nada ostentoso dinamismo, en buena medida sustentado en el ágil manejo de los diálogos, el libro se vale de un hecho tan mundano, y a priori poco estimulante creativamente hablando, como los preparativos de una boda para diseccionar el espíritu de los personajes. Merodeadora habitual en su bibliografía de los lazos familiares, sanguíneos y adquiridos, en este caso el (re)encuentro entre los padres de la novia, consecuencia de dicho enlace conyugal, es la excusa utilizada por la escritora para acoger una paulatina revelación de secretos y episodios inconclusos, o abruptamente cerrados, que quedarán expuestos bajo la continua comunicación entre pasado y presente.
La constante fricción entre personalidades, antagónicas pero llamadas al entendimiento sentimental, sin embargo será tratada con tal sensibilidad y cercanía que todas ellas quedarán expuestas con la empatía de quien escucha, y no juzga, a sus creaciones. Un relato, y retrato, colectivo hecho de individualidades, todas ellas dignas de notoriedad, que encuentra su formulación entre la radiografía intimista de Eudora Welty, el elegante costumbrismo que acompaña a Colm Tóibín o incluso esa capacidad presente en Ian McEwan para abastecerse de la cotidianidad con fines trascendentes.
A pesar de que todos los invitados a estas páginas tienen, o han tenido, en algún momento debilidades o dudas que les han acercado peligrosamente al desmoronamiento, del mismo modo han conseguido sostenerse sobre un camino, aunque siempre construido por la lógica incertidumbre existencial, emplazado en torno a los acuerdos promovidos por el cariño. El resultado de esta sutil celebración del aprendizaje mutuo puede parecer escaso si lo ciframos en el apacible gesto sonriente que genera, pero probablemente ese disimulado rictus sea el reflejo de la naturaleza misma del alma humana.
Bizitza birformulatu
Protagonista 60 urteko emakume bat da, alaba ezkondu bezperan bere egonkortasun ekonomikoa larriki mehatxatzen duten lan arazoak dituena. Umorezko eleberri honetan, Anne Tylerrek ezkontza-prestaketa bateko gauza arruntak erabiltzen ditu pertsonaien izaera aztertzeko. Pulitzer saria irabazi duen egilea, National Book Critics Circle sariaren eta Pen/Faulkner sariaren irabazle ere bada, eta familia-loturetara itzuli da orain.
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