TERESA MOLERES
SORBURUA

Facilitar el trabajo

Aunque el verano es la mejor estación del año para disfrutar del jardín, algunos trucos y consejos pueden facilitarnos los trabajos de temporada. Para empezar, hay que descabezar regularmente las flores marchitas de geranios, fucsias, lobelias y petunias y, además, cortar sin miedo un buen trozo de tallo para que la planta se ramifique. Esta operación resulta mejor después de regar. En cuanto a los rosales, conviene recordar que no hay que cortar las flores marchitas de las variedades remontantes para no destruir sus frutos, los escaramujos.

A las plantas vivaces y anuales como cosmos, capuchinas, caléndulas, tajetes o acianos hay que dejarlas vivir a su aire para que se autosiembren. Manteniendo, eso sí, cierto cuidado con las caléndulas, porque pueden llegar a ser invasoras. Estas plantas a menudo se cultivan en el huerto junto a las verduras, porque actúan como repulsivos contra enfermedades y parásitos.

Respecto a algunas de las estrellas en la mesa veraniega como son los tomates y los melones, sus tallos exigen un pinzado frecuente para acelerar su crecimiento y producir nuevos brotes. Además, si pinzamos plantas aromáticas, las puntas cortadas se pueden utilizar como condimento.

Las flores muy altas como dalias, espuelas de caballero, digitales y en algunos casos las hortensias necesitan la ayuda de tutores o estacas para que el viento o su propio peso nos las rompa. Cuando se requiere compensar la falta de sustrato en los tiestos hay que aportarles fertilizantes bio en forma de granulados o bastoncitos, que liberan elementos nutritivos poco a poco. Para remediar el olvido de abono, se puede compensar ahora con un fertilizante líquido cada 15 días, especial para plantas de flores. Además, cuando aprieta el calor y luce el sol los tiestos están mejor juntos en un lugar sombreado, pero distanciados entre ellos lo suficiente para dejar pasar el aire y evitar el contagio de enfermedades. Los brotes joven se pueden cubrir con un velo protector para evitar las quemaduras y el desecamiento de la tierra.

Con las altas temperaturas la tierra tiende a endurecerse; para evitarlo se recomienda una cava frecuente de la superficie de la tierra. En los tiestos, basta con romper la costra superior para facilitar que el agua pase a las raíces. Esta operación es aconsejable realizarla cuando se anuncia lluvia.