TERESA MOLERES
SORBURUA

Ramo campestre

Con flores recogidas en un paseo por el campo, podemos representar un prado en casa gracias a unas pocas variedades. Son flores que se encuentran en los bordes o claros del bosque, como salicarias rosas, adelfillas de flores blancas, artemisas amarillas y aromáticas, y también ramas con tonalidades de verdes diferentes. Deberemos meterlas en agua nada más llegar a casa, porque son frágiles y no esperan. Para que luzcan, el jarrón tiene que ser sencillo y no medir más de la mitad de la altura del ramo. Son ramos de verano que tienen el encanto de lo natural. Para mantenerlos frescos más tiempo, utilizaremos algunos trucos sencillos. Por ejemplo, los tallos deben beber mucha agua. Cuando son muy espesos o leñosos y eso les impide absorberla, lo más práctico es machacar la punta con un martillo. Otra opción es, con una navaja o cuchillo muy afilado, cortar la base al bies para que aumente la superficie de absorción sin estropear los tejidos. También se puede cortar y rasgar la punta en dos.

A otras flores de vida muy corta como las amapolas, se les escapa el látex al cortarlas provocándoles una caída de tensión. Para prolongar su vida, es conveniente sumergir el tallo ligeramente en un baño de parafina caliente, porque la parafina evita que sigan sufriendo esa pérdida de látex. Cuando se trata de flores con tallos blandos como los girasoles, que tienen tendencia a beber mal el agua del florero, se le puede poner remedio cortándolas al bies y luego dejándolas a remojo durante un minuto en agua hirviendo para destruir las bacterias. Repetiremos la operación al cabo de tres días. Al agua de los girasoles en concreto le viene bien una gota de lejía para retardar su descomposición.

A las flores que compro en el azoka de mi barrio les corto el tallo al bies bajo el chorro del grifo y luego, cada dos o tres días, repito la operación. El corte no debe estar en contacto con el aire en ningún momento. Así duran más y el agua no huele. Para lograr composiciones veraniegas más llamativas que las campestres, podemos escoger dalias, zinnias y croscomias. Un jarrón de tonos azules oscuros resaltará el efecto de estas flores. Con lavandas, salvias y budelias tendremos un ramo de tonos azulados, calmante y refrescante para esta época del año. A este ramo, por cierto, le irá bien un jarrón redondo.