BERTA GARCIA
CONSUMO

Formación para adultos

S e ha iniciado un nuevo curso y la vuelta a clase afecta tanto a los pequeños como a los adultos. El otoño, además de servir para recoger las uvas y elaborar un buen vino, nos recuerda que el tiempo es oro y hay que aprovecharlo, y en eso están hoy miles de jóvenes sin empleo que intentan mejorar sus conocimientos a través de cursos de formación de enseñanzas no regladas, para competir en un mercado laboral escaso y precario en el tipo de contrataciones.

La oferta de formación, aunque es muy amplia, dista de ser transparente en muchos casos, por lo que es necesario afinar las exigencias a la hora de contratar. Y es que, para más inri, siempre tiene unos costos altos, lo que suele obligar a recurrir a los bancos para su financiación.

Algunas recomendaciones a tener en cuenta siempre vienen bien, ya que no todo es lo que aparece en la publicidad. De ahí la importancia de recabar el mayor número de datos del centro o academia y no dejarse llevar solo por el contenido de los folletos o documentos informativos del centro, pues la publicidad, ya se sabe, solo cuenta las cosas buenas del producto.

Esta lista de datos es lo mínimo que se debe de manejar antes de contratar o firmar ningún documento contractual:

• Contenidos, metodología del curso, materiales de soporte, tipo de tutoriales (presencial, on line o telefónica).

• Duración y programación detallada.

• Títulos o certificados que se expiden.

• Titulación y/o cualificación profesional del personal docente.

• Precio total del curso y de los diferentes conceptos que lo forman, tales como matrícula, inscripción, gastos de material utilizado y gastos de envío.

• Plazos de entrega de material, rescisión de contrato por incumplimiento de las partes, de pagos...

• Modalidad del pago, con especial información si la opción es financiarlo a través de un crédito al consumo con una entidad bancaria, en cuyo caso tened presente que el centro no puede imponer con qué entidad hacerlo.