XANDRA ROMERO
SALUD

Cómo controla el mundo la obesidad

En otras ocasiones ya hemos hablado sobre las estrategias de salud para luchar contra una de las enfermedades no transmisibles de mayor prevalencia, el sobrepeso y la obesidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el Estado español la prevalencia de obesidad es del 23,3 %.

A finales del 2016, el Parlament catalán avaló que el Govern impulsase un impuesto a las bebidas con exceso de azúcar y sodio para el 2017. Además, se aprobó la creación de un perfil nutricional que categorice los alimentos, una clarificación en el etiquetaje, una regulación de su publicidad y la revisión de la oferta de alimentos y bebidas insanas en centros escolares y equipamientos de titularidad pública.

Hace cosa de un año también en Chile entró en vigor la Ley de Etiquetado de Alimentos, donde los principales afectados fueron el famoso Kinder Sorpresa y la cajita de McDonald’s, pues ambos poseen alta cantidad de nutrientes críticos. Esta ley trata de regular en primer lugar la información, ya que los productos envasados deberán tener una etiqueta que advierta sobre los altos contenidos de azúcares, sodio, grasas saturadas y calorías. Por otra parte, está la publicidad dirigida a los niños puesto que ninguno de los alimentos que tengan al menos uno de estos sellos negros podrá tener propaganda que apunte a los menores de edad.

La noticia está ahora en Japón, un país que cuenta con solo un 3,5% de obesidad entre su población.

¿Cómo consiguen una tasa tan baja?. Con leyes y normativas que se enmarcan en una campaña nacional para la promoción de la salud llamada “Salud Japón 21”. Esta campaña se centra en primer lugar en la población infantil, invirtiendo en la educación sobre nutrición desde los primeros años pre escolares hasta secundaria. Asimismo, existe una ley que vela por el consumo de menús saludables en los centros de enseñanza.

En el país nipón han contratado a nutricionistas profesionales que además tienen titulación de profesores y dan clases específicas sobre alimentación. Existe la promoción de una cultura social alrededor de la comida en un lugar en el que no hay tiendas ni máquinas expendedoras de comida dentro de los colegios.

Para los adultos, hay otra ley promovida por la administración pública de salud y por las empresas, que insta a las personas de entre 40 y 75 años a hacerse una medición anual del contorno de la cintura. Si las medidas no entran dentro de los baremos saludables, las empresas animan a los trabajadores a acudir a sesiones de ayuda y a hacer más deporte. Además, en los lugares de trabajo promueven los descansos de los empleados para que puedan practicar ejercicio.

También fue noticia el reciente 17 de marzo Portugal, donde se están tomando desde este año medidas similares para luchar contra la obesidad. Entre ellas destacan la reducción del contenido de los sobres de azúcar de 8 a 5 gramos o la «fat-tax», un impuesto sobre los refrescos que superan cierto nivel de edulcorantes (¡ojo!, no confundir con azúcares).

Además, para estas fechas, todos los hospitales y centros de salud del país deben haber retirado los expendedores automáticos de comida con elevados niveles de sal, azúcar, grasas trans y bebidas con alcohol.

A partir de mayo se instaurará la presencia de un menú vegetariano en todos los comedores públicos lusos, incluyendo hospitales y escuelas, pero también en cualquier espacio de titularidad pública. Esto ya se hace en otros sitios, pero desde hace bien poco, por ejemplo en las salas de espera de los hospitales de Murcia, las máquinas expendedoras de alimentos dejarán de suministrar bollería industrial, chocolatinas y alimentos procesados.

¿Y qué hacemos en Euskal Herria? Pues «establecer una guía con pautas de actuación para profesionales y familiares para evitar la obesidad infantil y despertar la conciencia sobre el problema».