XANDRA ROMERO
SALUD

Imagen corporal y dieta en adolescentes

Según varias investigaciones y según la propia experiencia en consulta, el rango de edad de inicio de una dieta o conductas dietéticas va desde los 7 hasta los 15 años. Asimismo, la edad en la cual empieza a preocupar el peso corporal comprende de los 6 a los 14 años.

Un estudio de este mismo año, realizado en los Países Bajos y publicado en la revista “International Journal of Public Health”, ha analizado la prevalencia de las conductas dietéticas y el temor al aumento de peso entre hombres y mujeres durante toda la vida. En el experimento han participado un total de 31.636 personas.

Los resultados indican que las mujeres con edades comprendidas entre los 35 y los 65 años son las que más conductas dietéticas presentan. Los datos también señalan que la inquietud por el aumento de peso fue mayor en mujeres de entre 16 y 25 años y en hombres de 25 a 55 años.

Lo realmente alarmante es que el elevado porcentaje de adolescentes que se preocupan por su peso y que realizan o han realizado dieta confirma la evidencia de que los patrones alimentarios restrictivos se han convertido en una conducta normal, ampliamente aceptada social, médica e incluso familiarmente.

A la consulta llegan muchas adolescentes que han iniciado dietas restrictivas o han eliminado ciertos alimentos bajo consejo médico, familiar o social. Ante esta situación, es importante plantearse qué hay detrás de todo esto.

En este sentido conviene tener en cuenta el hecho de que para muchas personas, especialmente las que están en los primeros años de su adolescencia, la imagen corporal puede estar estrechamente vinculada con la autoestima. Algunas personas sufren dificultades con la consideración que tienen sobre sí mismas y su imagen corporal al entrar en la pubertad, porque es una etapa en la que el cuerpo atraviesa gran cantidad de cambios. Estos, en combinación con el deseo de sentirnos aceptados por nuestros amigos, implican que nos comparemos con los demás. El problema es que no todos crecemos o nos desarrollamos al mismo tiempo ni del mismo modo.

Por eso es importante tener en cuenta todo esto para gestionar adecuadamente situaciones complicadas como las anteriormente mencionadas. La diferencia entre un trastorno de la conducta alimentaria y un factor de riesgo es que el primero forma un síndrome, es decir, un conjunto de síntomas agrupados como criterios. Y, por otro lado, los factores de riesgo son aquellas manifestaciones aisladas que aparecen con menor magnitud y frecuencia como, por ejemplo, seguir una dieta para controlar el peso o preocuparse excesivamente sobre el peso corporal personal.

Los adultos responsables de los adolescentes, en estos casos, tenemos que saber y tener en cuenta que en esta etapa de la vida se produce un incremento del 50% no solo de peso (las niñas aumentan unos 5 kg de peso y los varones, alrededor de 6 kg) si no también de la masa esquelética y un 20% de la altura.

Por este motivo crece el requerimiento calórico, proteico, de calcio, hierro y zinc. Razón por la cual hacer dieta hipocalórica en esta época no está recomendado así como tampoco eliminar distintos grupos de alimentos.

Para que aparezca la primera menstruación, la cantidad de grasa corporal en las niñas aumenta casi un 120%, ya que se requiere un mínimo del 17% de grasa corporal y de un 22% para el mantenimiento de menstruaciones regulares. Y todo esto es normal y es que, además, es un diseño de la naturaleza.

Por eso es necesario que lo sepamos y se lo podamos explicar a los adolescentes y, si realmente precisan perder peso, acudamos a un nutricionista.