XANDRA ROMERO
SALUD

Alimentación en caso de SOP

El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es una enfermedad en la que existe un desequilibrio de las hormonas sexuales femeninas, que dificultan a los ovarios la liberación de óvulos completamente desarrollados (maduros). Normalmente, se diagnostica entre los 20 y 30 años, aunque también se dan casos en la adolescencia y, por norma general, suele ser hereditario.

Este síndrome puede provocar cambios en el ciclo menstrual, quistes en los ovarios, dificultad para quedarse embarazada y otros problemas de salud como numerosas morbilidades metabólicas (resistencia a la insulina, obesidad central) y diversas anomalías nutricionales (déficit de vitamina D, alteraciones minerales y desequilibrio de las proporciones de ácidos grasos poliinsaturados omega6 / omega3).

Concretamente, y debido a la presencia de resistencia a la insulina (la insulina no actúa como debe recogiendo el azúcar en sangre), aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión, la hipercolesterolemia, las enfermedades cardiovasculares y las neoplasias malignas como el cáncer de mama y el cáncer de endometrio.

De modo que los factores ambientales como los hábitos alimenticios juegan un papel importante en la prevención y el tratamiento de esta enfermedad, siendo las modificaciones del estilo de vida las estrategias terapéuticas más importantes en estas pacientes pero que, como es habitual, la mayoría de ellas desconoce.

Sin embargo, aún se ignora la composición adecuada de la dieta para pacientes con SOP. En este aspecto, la literatura científica todavía no es clara, aunque se ha observado que una alimentación enriquecida en grasa monoinsaturada (frutos secos, aguacate y aceites vegetales de calidad) favorece una mayor pérdida de peso. No obstante, se ha observado que la regularidad menstrual se ve mejorada con una dieta de bajo índice glucémico y las mayores reducciones en la resistencia a la insulina y colesterol total con una de bajo contenido de carbohidratos.

Asimismo, se ha comprobado en múltiples estudios científicos que únicamente una reducción relativamente baja de peso, alrededor del 5%, puede mejorar la resistencia a la insulina, las disfunciones del sistema reproductivo y la fertilidad en estas mujeres, y que estas mejoras se producen independientemente de la composición dietética, según la mayoría de esos estudios.

Por lo que, a pesar de no estar claro qué tipo de dieta es más adecuada, es preciso que las mujeres que padezcan SOP adapten su alimentación con el fin de reducir o mantener el peso corporal, limitando el consumo de azúcar y carbohidratos refinados, prefiriendo aquellos con menor índice glucémico; reduciendo el consumo de ácidos grasos saturados y trans, dividiendo la ingesta de alimentos en comidas pequeñas y frecuentes, aumentando su ingesta de pescado (4 veces/semana) o tomando suplementos de omega3, vitamina D y de cromo, si hay bajos niveles en sangre y siempre bajo prescripción médica o de nutricionista.