TERESA MOLERES
SORBURUA

Crisantemos

Estos días nuestros cementerios se llenan de crisantemos C.indicum, con el objeto de que florezcan para el día de Todos los Santos. Lo que no sabemos es que en otras culturas esta flor fue motivo de culto por su belleza y perfume. Hace 3.000 años comenzó su cultivo en China como planta comestible y medicinal. Decían que proporcionaba energía y un andar ligero. El médico Ge Hong (284-364) escribió que «la gente que bebe del arroyo que cruza un campo de crisantemos tendrá larga vida». Más tarde, además de servir para aromatizar el té, comenzó el cultivo de variedades suntuosas para el disfrute del emperador. Jardineros expertos los hacían más grandes, redondos y densos. Se podaban en forma de dragón y se les preparaban tisanas a base de plumas de pollo a las que se añadía caldo de carne, para fortificarlos. Y ya en el siglo VIII, estas maravillosas flores llegaron a Japón, donde también su emperador las escogió como su flor favorita.

En Europa, los crisantemos se cultivaron primero en el Jardín del Rey en París en 1786, pero la Revolución los sustituyó por patatas. Se salvaron algunos esquejes que se extendieron por el mundo hasta que finalmente dejaron de estar de moda y acabaron relegados y refugiados en los cementerios.

Su cultivo exige una tierra rica con buen drenaje, porque es una planta golosa y rústica que un mes antes de su cultivo necesita materia orgánica de compost y estiércol en el hoyo de plantación. Prefiere una situación soleada, ya que a la sombra los tallos se alargan y curvan con las primeras lluvias y producen menos flores.

Al cabo de 4 o 5 años hay que renovar la planta. Puede hacerse de dos maneras: plantando en otoño los retoños más jóvenes y vigorosos que salen de la mata o, entre marzo y abril, por medio de esquejes de tallos no florecidos de unos 8 o 10 centímetros. Entre la gran variedad de crisantemos existentes, podemos escoger la Clara Curtis, de flores grandes de un malva pálido; Apollo es de color ladrillo con corazón amarillo; Mei-Kyo, que tiene flores como pompones rosas y Lucie, que forma pompones de un blanco rosado.

Los crisantemos cortados pueden durarnos hasta quince días si tenemos cuidado en quitar las hojas para que no se pudran y también si cambiamos el agua todos los días.