MIKEL INSAUSTI
CINE

«The Burnt Orange Heresy»

Aunque se proyectó el pasado año en el SSIFF su distribuidora Filmax todavía no la ha estrenado comercialmente, porque la fecha inicialmente prevista ha sufrido constantes aplazamientos por culpa de la pandemia. Anunciada en la versión doblada con el título de “Una obra maestra”, queda pendiente de estreno sine die. La presentación oficial de “The Burnt Orange Heresy” (2019) fue en la sesión de clausura de la Mostra de Venecia, para luego ser proyectada fuera de concurso con motivo de la entrega del Premio Donostia a Donald Sutherland, que con 84 años cumplidos recibía la estatuilla con gran presencia de ánimo, sentido del humor, agradecimiento en euskera y una personalidad arrolladora que conquistó al público donostiarra. Fue un momento inolvidable que quedará grabado para siempre en nuestras memorias, y que ya por si solo justifica el visionado de la película como uno de sus últimos trabajos. Cierto es que no interviene tanto como nos gustaría, y que junto al también estelar Mick Jagger está ahí para engrandecer el cartel. No comparten escenas y su contratación se observa limitada en cuanto a horas de rodaje por estrecheces presupuestarias de la coproducción anglo-italiana, pero el canadiense dice sus frases con la elegancia que requiere el papel de artista genial que se le ha encomendado.

Interpreta al cotizado y retirado pintor Jerome Debney, que lleva cincuenta años sin conceder entrevistas y su obra permanece envuelta en el misterio, porque dice la leyenda que en un ataque de ira quemó todos sus cuadros. Su paradero solo es conocido por el millonario coleccionista de arte al que da vida Jagger, un tal Joseph Cassidy que posee una mansión palaciega a orillas del lago Como, y que se ha convertido en el mecenas de Debney, que ocupa una modesta cabaña en los límites de su finca.

Son las estrellas de la película, pero la verdadera pareja protagonista la componen el danés Claes Bang y la australiana Elizabeth Debicki, elegidos según el director Giuseppe Capotondi por su aspecto hitchcockniano, ya que necesitaba un actor que recordase a Cary Grant y una actriz rubia parecida a Grace Kelly. El auténtico descubridor del potencial de Bang ha sido el cineasta sueco Ruben Östlund, que le dio a conocer como actor principal de “The Square” (2017), película ganadora de la Palma de Oro en Cannes. Allí se hacía con el papel del director del museo de arte moderno, y por eso Capotondi lo quiso para que hiciese de crítico de arte, convencido de que va a ser el nuevo Pierce Brosnan. Su presencia tiene todo el sentido, porque “The Burnt Orange Heresy” (2019) también contiene una crítica del mercado artístico, en cuanto a cómo la crítica influye en la cotización de ciertos creadores dentro de un negocio perfectamente orquestado junto con las galerías y casas de subastas.

Capotondi es un realizador veterano, pero que apenas ha hecho cine de ficción. Debutó tiempo atrás con “La doppia ora” (2009), y su fama le ha llegado gracias al éxito de la serie de televisión hecha para Netflix “Suburra” (2017). Al haber trabajado mucho en publicidad y en la realización de video-clips musicales no le fue difícil contactar con el agente de Jagger, quien quería volver a rodar cine una última vez.

La trama se centra en la figura del crítico de arte, quien se ha visto envuelto en problemas con la ley por su mala gestión financiera, debido a que vive por encima de sus posibilidades con un sueldo de profesor universitario. Durante una de sus clases en Milán conoce a la joven estudiante norteamericana que viaja por Europa, y con la que iniciará un romance que les llevará a la mansión del magnate Cassidy, con la intención por parte del protagonista de ser el primero en entrevistar al famoso pintor. Pero su ambición va mucho más lejos, algo que no tarda en detectar el anfitrión, que le propone un oscuro plan para convencer a Debney de que pinte una obra maestra que pase a engrosar su colección privada.