Iker Fidalgo
Crítico de arte
PANORAMIKA

De lo individual y lo colectivo

«Surveillance Booth», óleo sobre madera de Iñigo Sesma, que se puede ver hasta el día 21 en la muestra colectiva “20012” de la Galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbo.
«Surveillance Booth», óleo sobre madera de Iñigo Sesma, que se puede ver hasta el día 21 en la muestra colectiva “20012” de la Galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbo.

Somos seres sociales. Vivimos en comunidad y desarrollamos nuestra vida de manera conjunta. Más allá de cuestiones culturales que marcan los modelos sobre los que establecer nuestras uniones, está claro que existen pulsiones que nos llevan a convivir durante nuestra existencia. La experiencia compartida acarrea una serie de ventajas, y también de esfuerzos, que nos ayudan a entender la necesidad del cuidado mutuo y la solidaridad. En la cultura, la tradición del hacer colectivo viene de muy atrás. Sin ir más lejos, los movimientos de vanguardia de principios del S.XX establecieron deseos y anhelos comunes bajo los que actuar a través de la creación artística.

Desde los manifiestos, la renuncia a los nombres individuales o la ausencia de firma, son muchas las estrategias que se ponían en juego para enarbolar una voz grupal que reivindicara una posición propia ante el mundo. Lo colectivo sigue siendo síntoma de una posición en la que se mezcla lo compartido y lo individual. Un espacio donde las subjetividades múltiples conforman un cuerpo común, una identidad.

A principios del mes pasado, la Galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbo inauguró una muestra que lleva como título “20012”. La propuesta viene firmada por un colectivo de pintores llamado Formato Norte, entre cuyas filas figuran los pintores Gabriel Coca, Mikel del Río, Iñaki J. Areizaga, Mikel Remak, Jokin Sortwo, Iñigo Sesma y Sebas Velasco. El nombre de la exposición responde al código postal del barrio de Egia en Donostia, lugar donde se sitúa el estudio que comparten y de donde provienen las piezas que podrán verse hasta el día 21 de este mes. En este caso, lo colectivo no se antepone a la producción individual de cada componente. Bajo el nombre común se encuentran diferentes estilos y formas de entender la pintura. La abstracción, el realismo de paisajes urbanos periféricos e incluso la materialidad, conviven en sala para mostrar un compendio de creaciones que si bien son muy diversas, acaban por construir una relación que se sostiene.

Situados en la planta principal de la galería, los lienzos de diversos formatos habitan las paredes. El retrato cohabita con propuestas que profundizan en la plasticidad del pigmento y la pincelada. También encontramos ecos que resuenan al mural callejero o propuestas formales más próximas a la ilustración, junto con parajes decadentes bañados por un muy destacable uso de la luz. Desde el primer golpe de vista entendemos que son varias las firmas que están detrás de esta colección. Sin embargo, existe un hilo que los conecta y que tiene que ver con ser parte de una generación de pintores que se entiende a sí misma como tal. Apostar por un nombre que los aúne a todos ellos no es un gesto inocente y es ahí donde reside gran parte de su potencia.