Jone Buruzko
IRUDITAN

Cerrar el grifo al plástico

(Dave Chan AFP)

“Giant Plastic Tap” es el nombre de esta escultura del canadiense Benjamin Von Wong que se ha exhibido en Ottawa, coincidiendo con la sesión del Comité Intergubernamental de Negociación de la ONU sobre contaminación plástica, recién concluida en la capital federal de Canadá. Un escenario apropiado para una obra que en 2023 fue el símbolo de la II Conferencia de los Océanos de la ONU, celebrada en Lisboa. Como se puede apreciar, es un grifo que, en lugar de agua, vierte basura, más bien basura plástica repleta de vasos, botes, botellas, cubos... la mayoría de los envases que utilizamos a diario. Su autor, un fotógrafo y artista ambiental, recurre al hiperrealismo y a unos cuantos kilos de plásticos desechados para visibilizar una realidad ya incuestionable, la de la contaminación de los océanos que, según los científicos, en poco tiempo van a tener más plásticos que peces. En números redondos, eso puede ocurrir en 2050, pero a la marcha que vamos quién sabe. La situación es pésima, se han detectado microplásticos en la sangre y hasta en la leche materna, y la contaminación sigue empeorando. Aunque en algunos lugares se recicle, las cifras al respecto son mínimas: solo el 9% de los plásticos se reciclan y, teniendo en cuenta que la ONU asegura que cada año se produden 300 millones de toneladas de residuos plásticos de las que 11 millones terminan en el mar, vamos mal. Después de las negociaciones de Ottawa, los líderes mundiales se reunirán en Corea del Sur a finales de año. Posiblemente, allí estará “Giant Plastic Tap”.