Plan perfecto de cine y cena

Christopher Landon es el juernes del cine fantástico contemporáneo: tiene tan pocas pretensiones como miedo al ridículo, y eso hace de sus películas divertimentos de primera. En “Feliz día de tu muerte” (2017), una universitaria quedaba atrapada en un bucle temporal el día en que la mataban, haciendo las de detective involuntaria con una cuenta atrás mortal. “Este cuerpo me sienta de muerte” (2020) era un “Halloween” donde la rubia-víctima y su perseguidor enmascarado se intercambiaban los cuerpos, desordenando brioso las bases del slasher. “Zombie Camp” (2015) meneaba a los protagonistas de “Supersalidos” en una serie B con zombis.
Landon debía dirigir “Scream VII”, pero abandonó el rodaje tras el despido de Melissa Barrera por su apoyo abierto a Palestina, así que Blumhouse le ha producido otra idea original, ahora entre la sátira tecnológica en clave pulp y el thriller de alto concepto hitchcockiano. Y es que “La cita” reduce los intríngulis gato-y-ratonescos de “La trampa” de M. Night Shyamalan a un minimalismo igual de gustoso pero más manejable. La premisa es tan idiota, sencilla y adrenalínica como se pueda: Violet (Meghann Fahy), madre y viuda reciente, está decidida a dar su primer paso fuera del armario del duelo teniendo una primera cita. Su acompañante esta noche es Henry (Brandon Sklenar), con quien ha quedado en el exquisito restaurante Palate. Ella llega primero, la sientan, se revuelve de nervios. Minutos después, Violet empieza a recibir por Bluetooth extrañas imágenes de parte de un número oculto, memes y mensajes cada vez más amenazadores.
En los mensajes -escritos sobre una especie de WhatsApp de realismo digno de Comic Sans (pero aquí hemos venido a jugar, ¿no?)-, su acosador le informa de que ha tomado por rehenes a su hijo y a su hermana, que estaba de canguro. Para liberarlos, claro, deberá matar a su acompañante, que trabaja para la oficina del alcalde. Sobre el guion de Jillian Jacobs y Christopher Roach (“Fantasy Island”), podéis encontrar los agujeros argumentales donde queráis. Las horas que Violet (Fahy, la Blanche de “White Lotus”, entregadísima) pasa en el baño con excusas ridículas, la razón por la que Henry sigue cenando con esta pobre mujer desquiciada por el móvil o un tercer acto de acción que ni “La jungla de cristal” rebasan cualquier punta de verosimilitud.
Además, seguro que había mejores alternativas para el crimen, pero, insisto: aquí hemos venido a jugar. Para combatir al aburrimiento, Landon apuesta toda la expresividad del trabajo de cámara a la ansiedad que siente cualquiera en una primera cita, con el anecdótico añadido del acoso telemático, un secuestro y un crimen por delante (todo bien, gracias). Ya sea de nervios o de incredulidad, seguramente acabéis riendo. Ved “La cita”, e id reservando mesa para luego.




