Cada una de las pocas veces que un portavoz del Gobierno o del PP, se ven obligados a responder a preguntas sobre la corrupción que les embadurna cual marea negra, repiten que es una desgracia tener en sus filas alguna oveja negra descarriada, pero que en absoluto es algo generalizado ni puede decirse que el suyo es un país corrupto. Algo como la tortura que nunca ha sido sistemática, aunque haya habido algunos casos aislados de agentes que la han practicado, pero por su cuenta.

Nada más lejos de la verdad, y las noticias, día a día, así lo demuestran. Super Rato, el creador de la política económica que Rajoy prometió aplicar, nada en el cenagal de las tarjetas Black, el falseo de las cuentas de Bankia y sus dineros negros. Granados en la cárcel por tramas corruptas, aunque Esperanza Aguirre y Rajoy, auténticos islotes Perejil en el mar de la corrupción que les rodea, no sepan nada. Trillo y el lenguaraz Pujalte, diputados cobrando de empresas que contratan con la Administración. Es la puerta giratoria rotando a la velocidad de la luz: de día uniformados, de noche incontrolados. Eso sí, todo legal. Asesoramiento oral, tomando un café, que recuerda al que Clinton recibía en el despacho oval. A Rita no se le debería ir el caloret de las mejillas al conocerse sus gastos faraónicos a cuenta del erario público, pero ella solo responde que a Rita, lo que se da no se quita.

Qué decir del caso Barcenas: el fiscal, garante de la legalidad, dependiente en última instancia del Gobierno, se apoya en el Informe Cáritas elaborado por la Agencia Tributaria, también dependiente del Gobierno, para exonerar de responsabilidad penal al PP. Y Fabra, y Matas y la Gürtel, y la Púnica, y las de Valencia… y las que me olvido.

Pero en la otra orilla el panorama también es desolador. Al PSOE la corrupción y el GAL ya le pasaron factura en su día, perdiendo las elecciones, y ahora tiene sobre la mesa dos patatas calientes de gran magnitud: el caso del los ERE y el de los cursos de formación, sin olvidar las cosillas de UGT. De momento, se han llevado por delante a Chaves y a Griñan.

¿Casos aislados? No, metástasis generalizada. Tenemos que saltar de ese barco, marcharnos de España.