Varios clubes de pelota de Euskal Herria participaron el pasado sábado en el Torneo Inter-Escuelas organizado en Barcelona. Los chavales de Artza (Bermeo), Danak Bat (Mungia), Oberena (Iruñea), Antzar (Lazkao), Buruzgain (Ultzama), San Francisco Javier (Lodosa), San Sebastián (Tafalla), Herriaren (Laudio) y Zaramaga (Gasteiz) tuvieron la oportunidad de demostrar sus cualidades y pasar un buen rato en un torneo en el que también participaron los jóvenes del Pays d’Orthe (de la zona de Pau), del Najerino (Rioja) y del Nafarren Etxea (Barcelona).

El torneo fue organizado precisamente por el Nafarren Etxea, un club social formado por gente llegada desde el herrialde a la ciudad catalana. «Es una especie de sociedad fundada por navarros que en su día se fueron allí a vivir. Los que llevan el tema ahora son descendientes de aquellos: hijos, nietos incluso… También había uno que era nativo de Soria, que había vivido la pelota», explica Humberto Alzaga, miembro del club Herriaren que acudió a la cita.

Los de Laudio lo hicieron por primera vez este año, aunque el torneo se viene celebrando desde tres años antes. «Alguna vez nos comentaron que solían venir a la zona de Euskadi a jugar, y que nosotros también teníamos que ir allí. Al parecer es la cuarta vez que organizan este torneo, pero nosotros hemos ido por primera vez. Nos mandaron la invitación, y al principio tuvimos alguna duda, porque es un viaje considerable para los chavales, pero la gente se fue animando y finalmente decidimos ir», explica.

Una sabia decisión, ya que de las cinco categorías en juego –prebenjamín, benjamín, alevín, infantil y cadete–, los chavales del club alavés se llevaron la victoria en cuatro –todas menos la de benjamines–. «Con un poco de suerte, pero al final todo vale», bromea Humberto sobre los triunfos cosechados por Vicario-Tudela, Eskuza-Arbaiza, Yuste-Muguruza y Fuentes-Duandikoetxea.

Buena organización

No obstante, está claro que en este caso los resultados no eran lo prioritario, sino que los txikis disfrutaran jugando a pelota y conociendo nuevos lugares y nuevos amigos. En ese sentido, el balance no puede ser más positivo: «Nos encontramos un ambiente muy bueno. Los chavales acabaron muy contentos, la organización también… Es verdad que el viaje se hace un poco cansino al final, porque fuimos el viernes y volvimos el domingo, jugando un montón de partidos, pero todo estaba muy bien organizado».

También destaca la oportunidad de jugar en diferentes frontones de Barcelona, en los municipales de Bac de Roda y el situado en la llamada Casa de los Navarros, que además les permitía perder el mínimo tiempo posible entre partido y partido. «En el club de los navarros el frontón estaba al lado del restaurante. De comer a jugar y de jugar a comer», lo ilustra Humberto Alzaga.

Todo ello en un evento que también hizo las delicias de los familiares que acudieron a ayudar a los chavales y a los fieles aficionados catalanes. «Había un ambiente pelotazale muy bueno, siguen todos los partidos que se dan por televisión. Cuando veían a los chavales jugar se quedaban encantados, ‘esto hay que repetirlo’, nos decían». Un evento que llamó la atención de varios medios catalanes y que parece seguirá en el futuro.