Todos los grupos de un Mundial se organizan siguiendo los mismos parámetros pero los resultados no son los mismos. Cuando se conoció la distribución de los equipos para la disputa de esta primera fase del Mundial, el Grupo D se catalogó rápidamente como el «de la muerte».

Está haciendo honor a su nombre. Australia, Suecia, Nigeria e incluso la gran favorita Estados Unidos llegan a la última joranada de esta fase de grupos con opciones de clasificarse para octavos pero también con la posibilidad de marcharse a casa a las primeras de cambio. Y lo más llamativo es que los cuatro equipos dependen de sí mismos, aunque, siempre en teoría, el reto sea más asequible para unos que para otros.

Todo se decidirá esta noche. El encuentro más desequilibrado, tanto por potencial como por las opciones de sus protagonistas, es el que enfrenta a Estados Unidos y Nigeria. A las norteamericanas, dos veces campeonas del mundo y vigentes campeonas olímpicas, les basta el empate. Aunque sea la última clasificada, Nigeria tampoco tendrá que mirar al resto de resultados si consigue la victoria... contundente. Empataría con Estados Unidos a cuatro puntos y si Australia les superara, la diferencia de goles –ahora mismo -2 para las africanas y +2 para Estados Unidos– decidiría.

Algo parecido sucede en el segundo duelo del grupo. A Australia también le bastaría con un empate, si Nigeria no gana con una gran diferencia de goles –las Matildas tienen el golaverage a cero ahora mismo–. Lo de Suecia está más complicado. A la escuadra de Pia Sundhague, tercera en el último Mundial, y con el billete para los Juegos de Rio también en liza, las tablas les enviarían a casa. Solo les vale la victoria, que automáticamente les colocaría en octavos de final. Incluso como primeras de grupo, si Estados Unidos cae.

Máxima emoción, por tanto, en el grupo más caliente de este Mundial de Canadá.