Usain Bolt siempre ríe el último
El jamaicano se cuelga su décimo oro mundialista al imponerse en los 200 metros (19.55), superando a Gatlin por 19 centésimas.

Usain Bolt sigue siendo el mejor sprinter de la historia y del momento. Ayer lo demostró con una victoria inapelable, tras imponerse en la final de los 200 metros del Mundial de Beijing a Justin Gatlin, el hombre que ha dominado la velocidad durante los dos últimos años pero no ha podido suplantar al gigante.
Cuatro días después del tenso e igualado duelo que se vivió en los 100 metros, decidido a favor de Bolt por una centésima, el jamaicano le metió al estadounidense el 2-0 por 19 centésimas para colgarse su décimo oro mundialista. El Rayo cruzó la meta en 19.55, mientras el aspirante llegaba en 19.74 para disipar las dudas, sin ocultar el trabajo que le ha costado.
Bolt, que no había bajado esta temporada de los 20 segundos hasta llegar a la capital china –lo hizo en las semifinales con unos 19.95 para pasar el trámite– volvió a demostrar por qué es el mejor sprinter de la historia ante un Gatlin que para derribar a la leyenda habría necesitado rebajar los 19.57 que en sus trials firmó como récord personal. El neoyorquino lo entendió y se rindió a la evidencia. Bolt no pierde una gran final desde hace siete años, solo por salida falsa.
Por segunda final consecutiva el jamaicano abandonó los tacos más rápido que su adversario (147 milésimas por 161), y una vez incorporado por completo ¿quien puede con él?. Solventados los primeros 150 metros, el título seguía en sus manos.
Aunque alejados de los 19.19 con los que maravilló en Berlín’2009, un récord estratosférico hasta para el actual Bolt, corrió en el Nido más rápido que en Moscú'2013 (19.66) y menos que en Daegu'2011 (19.40). Sin lágrimas, con más alegría y menos tensión en la pista, ni madres consoladoras o animadoras en primera instancia, el desenlace resultó menos dramático. Al acabar un Bolt cansado se sentó a reponerse en una silla. Es un hombre de carreras cortas y celebraciones eternas. Gatlin le imitó sonriendo. Con la bandera jamaicana al cuello, tras hacer el arquero, se fue a saludar a sus incontables seguidores con la mala suerte de resultar atropellado por uno de los cámaras, parece que sin demasiadas consecuencias.
Con su triunfo del domingo en los 100 metros Bolt se convirtió en el atleta con más títulos mundiales superando a Carl Lewis (8), aunque en favor del Hijo del Viento cabe recordar que al principio el certamen se celebraba cada cuatro años y no cada dos como en los tiempos de Bolt. Ayer superó al ucraniano Sergei Bubka como el atleta con más oros individuales. El saltador de pértiga tiene seis y el sprinter siete. El caribeño ya tenía el mejor palmarés de la historia, pero ahora lo mejora con tres oros en 100 metros –2009, 2013 y 2015–, añadiendo un cuarto en 200 –2009, 2011, 2013 y 2015– y otros tres en el relevo 4x100 –2009, 2011 y 2013– que pueden incrementarse mañana, puesto que según dijo al concluir, hoy decidirán la composición del cuarteto. También guarda dos platas de Osaka 2007 –200 metros y 4x100– y sobre todo seis oros olímpicos y tres plusmarcas mundiales.
«Estoy feliz. Os dije que lo haría, no tenía ninguna duda. No me preocupaba la marca, yo sabía que no estaba en forma para hacer un nuevo récord del mundo, pero cuando llega el 200 soy otra persona», explicó el jamaicano del doble hectómetro que ya frecuentaba desde crío.
El 100 llegó mucho después, en un 2008 en el que comenzó a asombrar al mundo y continúa haciéndolo aunque sus lesiones recuerden que es humano. «Este triunfo es un gran regalo tanto para mí como para mi país. La cuarta medalla de oro en 200 es un gran presente», mencionó.
Incluso Gatlin, al que se le recuerda cada día en directo o en diferido sus cuatro años de suspensión por dopaje, parecía aliviado. Esta vez saludó sonriendo a sus familiares, rendido ante el campeón: «Soy el más viejo de todos y todavía corro bastante bien. Es una buena sensación enfrentarse a Bolt aquí. Estaba muy concentrado en mi carrera, en salir bien de la curva. Esperaba que Bolt estaría tan fuerte como yo en la curva, y estaba allí, así que estoy feliz de haber hecho una buena carrera hasta el final. Ahora voy a prepararme para el año próximo, para los Juegos Olímpicos, y para regresar todavía más fuerte», señaló.
Hoy será el turno de las damas. La británica Asher-Smith, la jamaicana Elaine Thompson y la holandesa Dafne Schippers dominaron las semifinales. Veronica Campbell Brown, campeona olímpica en 2004 y 2008, estará junto a ellas aunque en las series estuvo al borde de la eliminación por invadir calle ajena pero los jueces consideraron que la jamaicana no había molestado a nadie. Ayer fue tercera pero se metió por tiempos.
A esos 200 renunció Allyson Felix, que se veía en condiciones de lanzarse al doblete, pero el calendario le chafó los planes al situar las semifinales de la media vuelta a la pista –en la que la californiana es triple campeona mundial (2005, 2007 y 2009) y olímpica en 2012– una hora antes que la final de 400. Felix apostó por la vuelta a la pista y el oro le dio la razón. La mujer más laureada del Mundial ya tiene 11 medallas –de ellas 9 de oro, 5 en relevos– además de cuatro oros olímpicos. Salió fuertísima, controló la prueba y su resistencia para que el ácido láctico no le jugara una mala pasada tras ganar con 49.26, mejor marca de la temporada. A sus 29 años la angelina ha ganado en los mejores escenarios manteniendo su elegante zancada y esa enorme sonrisa de niña.
Marcón en triple salto
Estados Unidos subió del quinto al segundo puesto del medallero gracias al oro de Felix y al de Christian Taylor. El campeón olímpico y mundial en 2011 aseguró su medalla rozando el récord del mundo: un último bote de 18,21 metros, a 8 centímetros del tope de Jonathan Edwards, que son la segunda mejor marca de la historia. El cubano Pichardo tuvo la última palabra en un concurso con alternativas pero no pudo pasar de 17,73 y repite plata tras haber superado dos veces los 18 metros en 2015.

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