Arnaitz GORRITI
Liga San Miguel

Kaiku aprovecha el sorteo de calles y despide la campaña con bandera

La fuerte corriente del Ibaizabal benefició a los botes que remaban por la calle uno, de forma que Cabo y la «Bizkaitarra» vencieron ensus respectivas tandas. Hondarribia no pudo superar el récord de victorias, pero sí que estableció un nuevo registro de puntos: 217.

La clasificación general de la Liga San Miguel muestra qué equipos han sido no solo los más regulares, sino los mejores. Esta afirmación digna de Pero Grullo se explica con un análisis numérico básico. Hondarribia revalida el campeonato liguero con 217 puntos –récord desde la creación de la Liga San Miguel– y 13 triunfos –mejor registro, empatado con el Castro de 2009–. Urdaibai se lleva la segunda plaza con 198 puntos y tres banderas; Orio tercero, con 174 puntos y dos banderas; y Kaiku cuarto, con 154 puntos y una bandera, la que conseguía ayer en Portugalete. A partir de ahí, nadie más ha podido ondear trapo alguno.

Asier Zurinaga saltaba loco de contento en la meta de la XLI Bandera El Corte Inglés mientras abrazaba a su tripulación uno por uno. Hacía poco que había abandonado su look de capitán Ahab –aunque a veces más se asemeje a Starbuck, el sensato, gruñón y leal segundo de a bordo del Pequod en la mítica novela «Moby Dick»– al afeitarse, traicionando su promesa de no hacerlo hasta ganar una bandera, dejándolo por imposible. Pero la ría del Ibaizabal le dio una oportunidad a Zurinaga y la «Bizkaitarra». El sorteo de calles beneficiaba a los que remaban por la calle uno, algo que tanto Cabo da Cruz como la propia trainera de Sestao tuvieron a bien comprobar.

Kaiku le chafó el intento de récord de banderas conseguidas en una temporada a Hondarribia, que bastante hizo con evitar acabar en cuarta plaza, mientras que Urdaibai acechó hasta última hora a su otrora némesis de Sestao. Pero la «Bou Bizkaia» no llegó a meterle la proa a una «Bizkaitarra», que celebró su primer triunfo de la campaña en la despedida de la misma, como si hubieran ganado algo más que una simple regata.

Cabo, el primer gallego

Como queda dicho, la calle uno «regaló» cierta ventaja a los que bogaron por allá, sobre todo en los largos de regreso, en los que los botes buscaban rozar la orilla, mientras que quienes remaban por el centro debían pelearse con una corriente que no daba tregua.

Así se pudo ver cómo José Luis Korta, inmerso en sus cuarteles de invierno a lo largo de la campaña, salía casi hasta el borde del agua a dar referencias y ánimos a su «Bizkaitarra» en el largo final, como se vio también a un ambicioso Cabo da Cruz en la primera tanda, peleando a brazo partido para que San Juan no le arrebatase el triunfo en el largo final. De paso, Cabo pudo asegurarse la honrilla de ser la primera embarcación gallega, por delante del «O Pirata» de Tirán, una Tirán que no pudo asaltar ese simbólico trono porque, en efecto, el sorteo de calles le jugó una mala pasada.

Los clubes ahora afrontan su largo invierno y planificación de la próxima temporada para la que, en fin, ya queda menos.