Es más que posible que lo de Mercedes en Singapur no vaya más allá que una mala noche, un mal fin de semana si tenemos en cuenta los entrenamientos previos, pero Sebastien Vettel demostró ayer que por nada en el mundo piensa ponerles fácil el camino al Mundial a Hamilton y Rosberg. Por mucho que el británico sumara ayer su primer abandono de toda la temporada, su primer puesto se antoja inalcanzable, pero evitar el doblete de las flechas de plata, tras la tercera victoria del de Ferrari y el pobre cuarto puesto del alemán, no parecen ya tan lejanas. Por el momento, de cara a Suzuka la semana que viene, Mercedes ya tiene generada la duda sobre el alcance de su fiasco en Marina Bay.

De paso, el piloto alemán de Ferrari, el único que había puesto en solfa la hegemonía de Mercedes con sus victorias en Malasia y Hungría, sumó su cuadragésima segunda victoria de su carrera, con lo que superó al mítico Ayrton Senna, con el que compartía la cuarta marca histórica.

En un circuito en el que ya se había impuesto en los últimos tres años a los mandos del Red Bull, Vettel ya avisó de sus intenciones en los entrenamientos, logrando la primera pole de 2015, la primera de Ferrari desde hacía más de tres años, cuando Alonso la logró en Hockenheim.

Carrera cómoda

La primera curva era una de las mayores preocupaciones de Vettel que, una vez superada, comenzó a abrir hueco, metiéndole un segundo por vuelta a Ricciardo y dos a Hamilton en las primeras cinco.

La entrada del Safety car en la vuelta 17 hizo que el alemán de Ferrari perdiera la ventaja acumulada, pero tampoco tuvo demasiados problemas para poder adquirirla de nuevo. Además, poco antes del ecuador de la carrera, Hamilton comenzó a perder potencia en su coche y con ello la posibilidad de ir recuperando puestos, bajando hasta el octavo puesto y llevando al inglés a tomar poco después la decisión de abandonar, algo que también hizo Fernando Alonso, con problemas en su caja de cambios –séptimo abandono del de Oviedo este año–.

La entrada de un espontáneo a pista fue el mayor susto para Vettel, mientras que por detrás los Toro Rosso de Sainz y Vestappen ofrecieron en mayor espectáculo de la carrera.