Pablo CABEZA
BILBO
Interview
RUPER ORDORIKA
INTÉRPRETE

Versiones y temas propios con Ruper Ordorika, en el Campos

Tras una amplia carrera, no será la primera vez que este viernes 25 Ruper Ordorika actúe sin banda, pero si será novedad la solemnidad del escenario y el fondo del minutaje: versiones y composiciones propias alternando con similar protagonismo, dentro del ciclo Izar & Star.

Ocasión única por las circunstancias del concierto de escuchar a Ruper Ordorika de delantero centro peleándose en solitario con una defensa (el público) que bien conoce, y estima, sus guiños.

Con todo, el ariete va a sorprender a su público habitual o al curioso que quiera tomar nota de la singularidad del evento, ya que el repertorio será un sugerente cruce emocional entre versiones y creaciones propias con la mirada pintada de forma diferente.

Ordorika actúa este viernes 25 en el Teatro Campos Eliseos de Bilbo a partir de las 20.30 (10 euros la entrada anticipada). El concierto inaugura la nueva temporada del ciclo Izar & Star, que se caracteriza por el hecho de que una banda o solista versiona canciones de un grupo, replica un disco completo, toma una época concreta con su idiosincrasia... o mezcla repertorio, como es el caso, entre versiones y reseteos de sus canciones formadas.

Para el concierto del Campos, el músico de la acústica Martin adelanta algunos nombres versionables: «Cantaré algo de Dylan, Brassens, Lou Reed, Leonard Cohen... Y creo que haré alguna de las versiones que incluí en ‘Azukre koxkorrak’, pero en solitario, que no es lo mismo. Además, tengo algunas otras opciones por ahí».

No obstante, apunta el escritor que no es músico dado a las réplicas ajenas, entre otras cosas «por respeto». «He grabado versiones de Robert Wyatt, John Martyn… En directo he cantado a Richard Thompson, Charlélie Couture, músicos que he seguido de cerca, pero no me veo cantando esas canciones, a menudo muy complejas, en solitario. Uno se tiene que sentir cómodo con la canción elegida. Pasa lo mismo con aquellas canciones de Creedence o los Clash que reproducíamos en “zinglés” y tocábamos para divertirnos. Son canciones para tocar en grupo y divertirse». Y perfila: «El núcleo del concierto será el hecho de presentarme en solitario, más allá de que haga algunas versiones. Voy buscando entre mis canciones en pro de un determinado ambiente. No se trata de cantar las más conocidas».

En cuanto a la insaciable necesidad del músico por dar o ampliar sus sonidos con la guitarra adecuada, el oñatiarra asiente que posee las guitarras que necesita, pero que hay una parte que siempre busca. «Me encantan las guitarras acústicas y siempre me han interesado. Ahora hay algunos luthieres vascos que están construyendo sus primeras acústicas con muy buenos resultados, como Gorka Urra y Xabi Luberriaga».

Como conocedor de la música popular y sus nombres significativos le preguntamos si hay relevo para artistas tipo Richard Thompson, Bert Jansch… «Citas a dos colosos. No creo que se pueda reproducir otra vez lo que esos músicos significan para su tiempo, pero no me cabe duda de que hay relevo. Hace unos meses en Egia vi a un músico norteamericano joven que por momentos me pareció heredero directo de Bert Jansch. Se llama Ryley Walker.