El Alavés ya es líder en solitario de Segunda. Su sensacional ritmo competitivo –seis triunfos y un empate en las últimas siete jornadas– resulta difícil de seguir por el resto de sus rivales, un hándicap para los contrarios que ha acabado por contribuir a que los babazorros abran brecha en la cabeza de la tabla. Con lo igualada que está la categoría de plata, esa sensacional regularidad ha terminado por resultar determinante para la situación clasificatoria.

El Córdoba, que vio truncada hace tres semanas con su derrota en Elche una racha de cinco jornadas imbatido, volvió a encadenar ayer su segundo traspiés consecutivo, esta vez en su estadio ante el Mirandés –este se mete en play off de ascenso–, lo que propició que el Glorioso se colocase primero, en esta ocasión con distancia de puntos. El consuelo para los andaluces es que el Oviedo no consiguió pasar del empate en el inexpugnable Butarque, único escenario de la categoría de plata que aún sigue inmaculado, un punto que sí permite a los asturianos alcanzar la tercera plaza y superar así a Osasuna.

De este modo, los navarros se quedan a cinco puntos del Alavés, que pone tierra de por medio respecto a sus perseguidores. Ya son tres los que le sepa- ran del Córdoba y cuatro respecto al Oviedo, cifras que le dan cierto margen de error, aunque a buen seguro que los de Bordalás querrán seguir agrandando sus extraordinarios números. Tendrá una buena oportunidad de conseguirlo en Los Pajaritos, donde el Numancia no gana desde el 8 de noviembre, si bien los de Jagoba Arrasate vencieron ayer en Lugo.

Lo mismo le ocurre a Osasuna, que visita El Alcoraz, donde el Huesca solo ha ganado uno –precisamente al Numancia– de los nueve partidos que ha disputado hasta el momento. Cuatro derrotas y otros tantos empates completan la negativa estadística oscense como local. Los de Enrique Martín, que últimamente se manejan mejor lejos de El Sadar, tratarán de sacar provecho de dicha circunstancia de un rival que está fuera de los puestos de descenso por su mejor bagaje visitante. El equipo rojillo contará con la baja segura de David García tras ver su quinta amarilla frente al Nàstic.

Bilbao Athletic, último

Quien no tuvo fortuna en la decimonovena jornada liguera de Segunda fue el Bilbao Athletic, que vuelve a ocupar la posición de colista –ya ha estado ahí tres jornadas anteriores– después de su derrota en Mendizorrotza y la victoria del Almería en su estadio frente al Llagostera, la peor combinación que podía darse para los intereses de los de Cuco Ziganda, quienes deberán reaccionar si no quieren verse sumidos en el pozo de la tabla.

Los cachorros, que no vencen en San Mamés ni en la competición liguera desde el pasado 9 de noviembre, tendrán que hacerlo este próximo sábado ante el Albacete, que todavía no sabe lo que es ganar lejos de su campo, donde empató a dos con la Ponferradina en esta última jornada. El equipo vizcaino cuenta por victorias, ambas con el mismo resultado (2-0), las dos ocasiones en las que los manchegos han visitado Bilbo para medirse al filial rojiblanco, en la 1985-86 y en la 1990-91.

El bajón casero de Osasuna resulta crucial

El bajón en el rendimiento de Osasuna en El Sadar explica el descenso del cuadro navarro en los puestos cabeceros. Los de Enrique Martín han pasado de obtener una media de 2,6 puntos por partido en sus primeras cinco jornadas como locales –cuatro victorias y un empate– a únicamente uno en las otras cinco siguientes, con un balance parcial de un triunfo, dos empates y otras tantas derrotas.

Desde hace casi dos meses, el conjunto rojillo no vence en su propio campo, concretamente el 15 de noviembre, cuando consiguió imponerse al Mallorca por 2-1. Previamente, El Sadar vivió su primer tropiezo ante el Girona y repitió dos jornadas después frente al Alcorcón. N.M.