La Policía española detuvo ayer a una persona en Bilbo, cinco en Valencia y tres en Madrid, a las que el Ministerio del Interior relacionó con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El Ministerio aseguró que se trató de una operación «contra la estructura de captación, adiestramiento e integración en el aparato militar de la organización terrorista PKK-KCK, que opera en Turquía y Siria».

Durante la operación policial se llevaron a cabo once registros, entre ellos el de la sede del grupo Reconstrucción Comunista. Fuentes policiales aseguraron que los detenidos pertenecen a esta formación y que ocho son de nacionalidad española y uno, turca. A este último se le acusa de ser el «enlace directo con el PKK».

Según Interior, los arrestados, en colaboración con residentes en varios países europeos, proporcionaban la infraestructura necesaria para que los desplazados viajasen al extranjero y se integrasen finalmente en las filas de las Unidades de Protección Popular (YPG).

Las YPG son las milicias kurdas en Rojava, el Kurdistán Occidental, en Siria, que combaten contra el Estado Islámico (ISIS). Aun así, el Ministerio –siguiendo las pautas del Gobierno turco– las asimila al PKK, formación enfrentada al Estado turco. El PKK fue catalogado como «organización terrorista» por la Unión Europea en julio de 2011, consideración que también comparte EEUU que, sin embargo, apoya con bombardeos a las YPG en Siria.

Una concentración, convocada por Komite Internazionalistak y Askapena, denunció ayer por la tarde en Bilbo las detenciones, bajo el lema «Internazionalismoa ez da delitua», donde recordaron que no es la primera vez que el Gobierno español y la Audiencia Nacional persiguen a internacionalistas por solidarizarse con la lucha por la libertad de los pueblos.

El pasado 7 de julio la Audiencia dejó en libertad, aunque imputados por integración en «organización terrorista», a dos jóvenes que fueron detenidos tras combatir contra el ISIS durante seis meses integrados en milicias de las YPG. La Policía española participó también en 2013 en el arresto en Bruselas del kurdo Yilmaz Orkan, acusado de ser miembro del PKK.