Victor ESQUIROL
TEMPLOS CINÉFILOS

La excusa antiamorosa

Alas almas en pena que siguen buscando y a los ilusos que creen haberlo encontrado, solo decirles que lo que se celebraba ayer, mientras se escribía este artículo, no era el amor, sino algo -aún- más aberrante. Excusa ideal para buscar, precisamente, excusas. Y la Berlinale se mantuvo fiel, un año más, a eso de librarnos del mal trago de San Valentín. Danke.

De buscar alternativas iba la cosa, quizás porque la carrera por el Oso de Oro se quedó en punto muerto. Ni “Cartas da guerra”, de Ivo Ferreira, ni “24 weeks”, de Anne Zohra Berrached, se las apañaron para justificar el madrugón. La primera, por su vacuo narcisismo, plasmado en la excesiva adoración a una apuesta estética incapaz de reflejar el dolor (algo reiterativo) de una historia de amor lastrado por la guerra. La segunda, por convertir un prometedor drama sobre la maternidad en un molesto ejercicio de fustigación a la germana. Sin otra voluntad más allá de recordar a los protagonistas y al espectador que la vida es muy perra. Pues vaya. Las caras de circunstancias, tanto en un lado como en el otro de la pantalla. Las deserciones (masivas) solo en uno de ellos.

De modo que huimos de la Oficial y nos refugiamos en Berlinale Special, teórico cementerio de elefantes del festival. Ahí aguardaba Terence Davies, quien sorpresa, sigue en plena forma. “A quiet passion”, personalísimo biopic dedicado a Emily Dickinson, se recubre de una áurea presuntamente clásica para que el cineasta inglés siga ahondando en su propia obsesión por la perfección en la puesta en escena. Y así le sale la película. Prácticamente perfecta. En la armonía de los movimientos de la cámara, en la agudeza de sus diálogos, en la dirección de actores y en la confirmación de que en el cine, como en la poesía, no hay imagen que no pueda ser expresada. Olería palmarés si no fuera porque, como ya se ha dicho, la organización le buscó alternativas a Davies. El festival, desde luego, salió perdiendo, pero podría ser peor... Podría haber sido San Valentín