La decisión de reabrir la comisión de investigación sobre la desaparición de Caja Navarra está ya prácticamente tomada por las fuerzas del cambio, que han conseguido sumar al PSN. La creación de una nueva comisión llegará a pleno después de Semana Santa. En la barricada contraria, se han enrocado UPN y PP. El líder de la oposición, Javier Esparza, negó que la comisión vaya a conseguir «aportar nada trascendente» y llegó a decir que el motivo son las previsibles elecciones en el Estado.

Existe, además, otra organización que se ha revuelto contra los cinco partidos que quieren proseguir con la labor investigadora: la propia Fundación CAN. La entidad que controla el 1% de las acciones de Caixabank gracias al trueque mediante el que el banco catalán se quedó con toda Banca Cívica sostiene que se han vertido «graves acusaciones» contra ellos. Esta fundación, que UPN diseñó con cargos prácticamente irrevocables por cuatro años, se cerró en banda el año pasado a facilitar información, alegando secreto bancario. A través de una nota, esta organización presentó de nuevo excusas sobre el motivo de su negativa a entregar la información solicitada. «Debe subrayarse que la información solicitada fue ingente y como se manifestó en la propia comisión de investigación, la gran mayoría de documentos solicitados no obran ya en los archivos de la Fundación ni la Fundación puede acceder a ellos, al estar directamente relacionados con el negocio financiero y bancario», asegura en dicho documento.

Sin embargo, la postura de la Fundación fue tan escandalosa que ni siquiera se avino a dar explicaciones sobre dónde están todos los cuadros que faltan en la relación de obras de arte que son de su propiedad. En su día, la Fundación CAN hizo público un inventario de cuadros con 640 obras de arte. Sin embargo, GARA tiene en su poder un inventario anterior en la que faltan 157 obras. Once de esos cuadros se esfumaron de la mismísima caja fuerte de la entidad desaparecida.

La posibilidad de que, esta vez sí, la comisión de investigación pueda llegar a alguna parte reside en el cambio de Gobierno. Si bien el actual presidente de la Fundación CAN, Joaquín Giráldez, puede seguir negándose a entregar información, existe un apartado en los estatutos que faculta a la consejería de Hacienda a recabar cuanta documentación sea necesaria. De hecho, es público ya que desde la consejería se está investigando la desaparición de los cuadros.

Adolfo Araiz, portavoz de EH Bildu, avisó de que «la Fundación debe estar al servicio de que se esclarezcan los hechos y estar a la altura de la circunstancias, si no habrá que tomar medidas sobre la misma».