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París-Niza

Nacer Bouhanni demuestra que también puede ganar sin arrinconar a sus rivales

El de Cofidis remató limpiamente el gran trabajo de su equipo y de Katushapara impedir que Fernández, Vanmarcke y Chavanel llegaran fugados a la meta.

Nacer Bouhanni había pasado a la historia de la París-Niza 2016 por estar a punto de tirar a Michael Matthews en el sprint de la segunda etapa. El francés del conjunto Cofidis, después de protestar y patalear en vano contra su sanción, lograba sacarse ayer la espina al superar a sus rivales en la llegada masiva de Romans-sur-Isère sin necesidad de arrinconar a nadie contra ningún vallado.

A pesar de que el cotinuo vaivés del recorrido hizo mella en varios de los corredores, los puestos de honor de la París-Niza permanece inalterados, con Michael Matthews, de Orica, liderando la clasificación general, con Ion Izagirre en la cuarta plaza. Izagirre, por su parte, perdía el maillot de líder de la montaña en beneficio del lituano Siskevicius, del Delko Marseile.

Un sprint que casi no sale

La cuarta etapa de la París-Niza tuvo dos fugas en su película. en primer lugar, todo un esforzado de la carretera como Thomas Voeckler (Direct Energie) se unía a Brammeier (Dimension Data), Siskevicius (Delko Marseille), Vachon (Fortuneo) formaban la escapada de la jornada hasta que fueron cazados a falta de 20 kilómetros.

Pero cuando parecía que el sprint esperaba al final de la jornada, un trío compuesto por Chavanel (Direct Energie), Vanmarcke (LottoNL-Soudal) y Delio Fernández (Delko Marseille) desafiaban al pelotón en los últimos kilómetros. Los «trenes rojos» del Cofidis y el Team Katusha tuvieron que poner todo el esfuerzo por su parte, ya que echaban abajo la fuga, como era previsible, pero solamente lo lograron en el último kilómetro.

Una vez lanzado el sprint, Bouhanni fue el más fuerte, recibiendo en la meta las felicitaciones de sus rivales, incluyendo un Michael Matthews que no dudaba en estrechar la mano del ganador, y zanjando así cualquier polémica con Bohuanni.

La etapa de hoy, la quinta, sube el Mont Ventoux, aunque muy lejos de meta, en un terreno sinuoso hasta el final.