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MIAMI

Donald Trump huye ahora del histrionismo que le impulsó a la cima

Los aspirantes republicanos debatieron el jueves en un inusual tono civilizado y sin los insultos que han caracterizado su campaña hacia la Casa Blanca, sobre todo en el caso de Donald Trump, lo que les permitió profundizar propuestas sobre economía, «terrorismo» o Cuba.

El magnate Donald Trump, que lidera la carrera hacia el nombramiento republicano para las presidenciales de noviembre, y sus tres rivales mantuvieron una relativa cordialidad durante casi las dos horas del debate celebrado en Miami, a pocos días de otra crucial jornada de primarias.

«Estamos juntos en esto. Tenemos que proponer soluciones. Tenemos que encontrar respuestas a los problemas», dijo Trump, al referirse a los retos en seguridad que enfrenta EEUU. «No puedo creer lo civilizado que ha sido el debate hasta ahora», subrayó el grandilocuente magnate, que tal y como había prometido, proyectó una imagen más seria, sin interrumpir a sus rivales y con un tono calmado y casi bajo de voz.

Florida tendrá sus primarias el martes, junto a Ohio e Illinois, tres grandes estados que otorgan todos los delegados en juego al ganador, y no de manera proporcional, por lo que muchas personas en el partido ven la jornada –en la que también participan Misuri y Carolina del Norte– como la última oportunidad de detener a Trump, aunque también esa jornada podría sellar su triunfo.

Los republicanos anti Trump han invertido en la última semana enormes recursos en propaganda contra el multimillonario, rechazado por las élites del partido, pero sin mayores resultados.

El magnate, que ya ha ganado 15 de las 24 primarias, es el hombre a vencer. Ha augurado que derrotará al senador Marco Rubio en su estado de Florida y al gobernador John Kasich en Ohio, lo que les sacaría de la carrera presidencial.

Aunque Donald Trump se mostró más sosegado que en debates anteriores y dijo que «estamos todos en el mismo barco y vamos a encontrar las repuestas», fue objeto de críticas de sus rivales, sobre todo de Rubio y del senador ultraconservador Ted Cruz.

Cuando insistió en su polémico punto de que «muchos» musulmanes odian a EEUU, Rubio subrayó que una persona que aspira a ser presidente no puede decir lo primero que se le pase por la cabeza. «Sé que a mucha gente le gusta lo que dice Donald. El problema es que los presidentes no pueden decir lo que se les antoje», dijo Rubio.

«Puedo ser políticamente correcto si quieres, pero a mi me gusta resolver los problemas», respondió Trump, a quien Rubio contestó que «Ser políticamente correcto no me interesa. Lo que a mí me interesa es estar en lo correcto».

Política respecto a Cuba

Durante el debate en Miami, donde se concentra el exilio cubano en EEUU, los candidatos coincidieron en criticar, aunque con matices, la apertura del actual presidente, Barack Obama, hacia la isla, a donde viajará en diez días.

Rubio y Cruz, ambos de origen cubano, mantuvieron las posturas más duras frente al deshielo iniciado por Washington y La Habana en diciembre de 2014. «Sí, lo haría», respondió Cruz a la pregunta de que si rompería las relaciones si es elegido presidente. Rubio, hijo de inmigrantes cubanos nacido en Miami, dijo que para tener relaciones con Cuba, la isla «necesitaría cambiar al menos su Gobierno. Hasta hoy no lo ha hecho».

Más pragmático , Trump sostuvo que quiere «un mejor acuerdo» que incluya más exigencias a Cuba, y subrayó que «ya es hora» de alcanzarlo porque «50 años son suficientes».

Los tratados de libre comercio viven horas bajas en EEUU

El libre comercio que Barack Obama ha convertido en el centro de su política económica ha caído en desgracia, ya que los aspirantes a sucederle en la Casa Blanca, tanto demócratas como republicanos, no quieren oír hablar de la supresión de las barreras comerciales.

Empujada hacia la izquierda por su rival, Bernie Sanders, Hillary Clinton ha dicho que los TLC son «a menudo fantásticos sobre el papel», pero sus resultados no siempre están «a su altura», y se ha posicionado incluso en contra el firmado por EEUU con 11 países de Asia-Pacífico. Sanders va más allá y dice que «son un desastre para los trabajadores» de su país y contribuyen a una «igualación a la baja» favorable a las grandes empresas.

En el campo republicano, Donald Trump insiste en que los actuales TLC «no traerán nada bueno» y promete medidas proteccionistas frente a China y México, mientras que el ultraconservador Ted Cruz, aunque más moderado, se negó en 2015 a votar a favor de un proceso de aceleración de las negociaciones comerciales.GARA