RETABET.ES GBC 71

IBEROSTAR TENERIFE 80

Tan mal le salió la jornada a Retabet.es Gipuzkoa Basket, que casi podría decirse que la diseñó su peor enemigo, sea este El Doctor No, Fu-Manchú o La Bruja Avería. Primero se ganó los pitos de los 3.744 valientes que asomaron por Illunbe, porque Iberostar Tenerife sentenciaba el partido a su favor con un ilevantable 9-24. Después, se tuvo que acostar sabiendo que Estudiantes había derrotado a Bilbao Basket, dejándolo con el farolillo rojo, solito y abandonado.

Hundido en la miseria, el conjunto donostiarra es, a día de hoy, carne de LEB Oro, salvo que algún electroshock lo desfibrile. Pero para ello ha de haber un corazón; mal asunto cuando Porfi Fisac se deja la voz, gesticula y ensaya mil trampas tácticas como zonas o presiones, pero los jugadores no responden. Y por una vez, las telarañas económicas tampoco sirven de vía de escape. O lo que es lo mismo, ahora que, aunque poco, hay dinero en las arcas donostiarras –o al menos no una tan acuciante falta de dinero–, se ve con mayor nitidez que las miserias deportivas de los últimos años tienen una raíz no económica.

De eso y de mucho más se aprovechó el conjunto de La Laguna que, después de romper en mil pedazos el partido en los primeros compases, luego solo tuvo que evitarse relajaciones para sacar su décima victoria con cierta comodidad. El acierto en los triples de Abromaitis –aparte de su aportación reboteadora–, la comodidad con la que Rodrigo San Miguel jugó e hizo jugar a su equipo –el base maño dio 8 de los 17 pases de canasta de su equipo; GBC, en total, solo dio 5, de los cuales 4 los dio Txemi Urtasun–, o los puntuales momentos de acierto de Sekulic o Richotti, fueron más que suficiente para hundir un poco más a este triste GBC.

Abromaitis hace de secante

Después de un calamitoso 9-24 al final del primer parcial, Retabet.es Gipuzkoa Basket espabiló. Logró llegar 31-38 al descanso, con algunos momentos en los que se situó a cuatro, fruto de un momento de desenchufe de los de Txus Vidorreta.

El problema fue que con el arranque del tercer período, Iberostar Tenerife volvió a abrir brecha. Abromaitis no fallaba en sus tiros de tres, y con la buena dirección de Rodrigo San Miguel, los chicharreros conseguían un parcial de 0-12 para finiquitar el duelo. Daba igual que Urtasun se vaciara en anotar, asistir y defender; daba igual que Landry o Vrkic empezaran a aportar en anotación. El colchón de seguridad de Iberostar Tenerife era tal que nadie creyó jamás en la remontada de los de Porfi Fisac. Ni Porfi Fisac.

Así las cosas, el último período fue un intercambio de canastas en las que solo la relajación aurinegra marcó el acercamiento donostiarra. Con 71-78, dentro del último minuto, GBC pudo al menos maquillar el resultado, pero Richotti no le dejó ni esa migaja, cerrando el partido con un matazo a la contra.

«Baloncestísticamente, hemos sido pobres»

«Me gusta jugar a algo diferente; con otra cara, con valentía, con riesgo. No me gusta ser pobre, baloncestísticamente. Hoy hemos sido pobres. Y eso lo odio». Porfi Fisac estaba enojado consigo mismo, casi desesperado tras la dolorosa derrota de ayer. «Asumo la responsabilidad de esta pobreza», admitía.

«No he sido capaz de transmitir la importancia táctica de este partido», añadía. «No he sabido hacer entender cómo parar las anotaciones del rival, ni he sabido hacer que el equipo, a partir del dominio del rebote, jugara más libre y más valiente», acabó. A.G.