Sin recursos en el «sprint final», los partidos se refugian en los medios
A falta de recursos reales para evitar nuevas elecciones, los partidos se refugian en lo que ha sido su hábitat estos últimos cuatro meses: los medios. Albert Rivera propuso ayer un «tecnócrata» acordado por PP, PSOE y Ciudadanos, mientras que Mariano Rajoy despachó todo intento de diálogo con Pedro Sánchez en un exiguo tuit.

Sin perspectivas de una jugada en el último minuto como la que encumbró a Carles Puigdemont como president para evitar elecciones en Catalunya, los partidos españoles afrontan la recta final de la legislatura refugiados en la prensa. No hay reuniones públicas previstas y nadie se ha movido de su sitio desde la fallida investidura de Pedro Sánchez. Así que las formaciones se refugian en los medios para colocar sus mensajes a cuatro días de pasar por Zarzuela en la tercera ronda de contactos de Felipe de Borbón, jefe del Estado español.
Así, Ciudadanos lanzó su idea de un presidente de Gobierno «independiente» arropado por la «gran coalición». Mariano Rajoy, por su parte, invitó a Pedro Sánchez a sentarse a negociar a través de un tuit. Mientras, filtraciones procedentes de Podemos situaban el debate en su diálogo con IU para competir juntos el 26 de julio. Más que ser propuestas, todas estas iniciativas comparten su intención de colocar en público posiciones (externas o internas) de cara a unas elecciones que parecen ya ineludibles.
«Si los líderes políticos somos el problema, demos un paso atrás». Bajo esa premisa, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, lanzó su último cartucho por la «gran coalición» planteando que tanto él como Rajoy y Sánchez renuncien a liderar un Ejecutivo y avalen a un tecnócrata como presidente. Lanzó el plan en una entrevista en Telecinco y su lógica es aplastante: PP, PSOE y Ciudadanos comparten mucho más programa del que les separa. Así que el problema es de personas, con lo que una figura externa y avalada por todos solucionaría la aparente imposibilidad de pacto entre Génova y Ferraz.
La propuesta supuso un golpe para su socio Sánchez, que se aferra al pacto con Ciudadanos para no acercarse a Podemos. Sin embargo, ante el abismo de las elecciones Rivera necesita ir marcando distancia, no vaya a ser que cuando vuelvan a lanzarse los dados tenga que mudarse de Ferraz a Génova. O ejercer de «bisagra», que es el papel en el que el establishment siempre vio al partido.
El tuit de Rajoy
Rajoy siempre ha insistido en la «gran coalición». Y ayer volvió a hacerlo, aunque utilizó un exiguo tuit para buscar la cercanía de Sánchez, que es como dar por hecho que la reunión nunca se va a producir. «Pedro Sánchez puede evitar las elecciones. Le invito una vez más a trabajar por un Gobierno de gran coalición que dé estabilidad a España», aseguró en un mensaje.
No parece que esta sea la mejor manera de convencer a un rival si de verdad uno quiere mantener un encuentro. Especialmente si se toma en cuenta que ambos no mantienen ninguna reunión desde febrero. Tras el fracaso de la «vía a tres» entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, Rivera trató de acercar al PP a la «gran coalición». «Es que Sánchez no quiere», respondió ayer Rajoy, dando por hecho que el mensaje que transmitirá a Felipe de Borbón será que no tiene los apoyos suficientes.
El jefe del Estado español ya tiene la lista con los 14 representantes que acudirán a Zarzuela entre el lunes y el martes. Si no hay jugada de última hora, tras la última reunión podría anunciar la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones.
Filtraciones para marcar línea hacia el pacto Podemos-IU
Ante la posible nueva cita con las urnas, Podemos e IU retoman el debate de su «confluencia». No es solo una discusión sobre listas, sino que tiene que ver con el modelo estratégico a largo plazo, especialmente en la formación que lidera Pablo Iglesias. Antes de los anteriores comicios, celebrados el 20 de diciembre de 2015, se impusieron las tesis de Iñigo Errejón, que rechazaba un acuerdo global que ubicase a Podemos e IU en el terreno de la «izquierda clásica». Sin embargo, el «número dos» de Podemos ha visto cómo mengua su influencia, al tiempo que los partidarios de la alianza con Alberto Garzón ganan peso, ahora apoyados internamente por Anticapitalistas.
Es en este contexto en el que aparecen las filtraciones del jueves, cuando varios medios estatales publicaron por la tarde informaciones similares que apuntaban a la disposición de Podemos a llegar a un acuerdo a nivel estatal con IU. En un primer momento se dijo que el acuerdo estaba casi hecho, lo que motivó el desmentido tanto de Podemos como de IU. A partir de ahí, los sectores dentro de la formación de Iglesias marcaron posición. Irene Montero no descartaba el acuerdo, que comenzaría a negociarse en el momento en el que se convocasen las elecciones. Iñigo Errejón, por su parte, no se resignaba y rechazaba las «sopas de siglas». Mientras, Garzón espera, con la oposición interna de Gaspar Llamazares pero con IU casi controlada.A.P.

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