Imanol CARRILLO
AMBIENTE EN LA FINAL

UNA FINAL ÉPICA E HISTÓRICA CON PALOMITAS BAJO EL BRAZO

EMOCIONES FUERTES SE ESPERABAN EN LA FINAL DEL MANOMANISTA ENTRE URRUTIKOETXEA, CAMPEÓN DE 2015, E IRRIBARRIA, ASPIRANTE A SER EL MÁS JOVEN EN LOGRAR LA TXAPELA. LOS PROTAGONISTAS DENTRO DE LA CANCHA DEL BIZKAIA NO FALLARON CON SU VISTOSO JUEGO, PERO TAMPOCO LAS GRADAS Y SUS AFICIONADOS, QUE CON SU CALOR HICIERON SALTAR LAS PALOMITAS POR LOS AIRES Y VISIONARON UNA PELÍCULA ÉPICA E HISTÓRICA.

Para quien no haya estado nunca dentro del Bizkaia, este frontón es como una caja mágica de la pelota, un espacio moderno y amplísimo en comparación con los recintos tradicionales, pero a la vez emocionante. Y hasta futurista y cineasta, en el que la realidad supera la ficción.

Imagínense por un momento unas personas que inspeccionan las entradas del público para poder acceder al recinto. Una vez cruzado este primer punto, un olor a palomitas impregna el ambiente. Algunos cinéfilos se disfrazan de azul; otros, de rojo. Y, de repente, ven la gran pantalla, donde un guión une, entre otras personalidades, a una consejera del Gobierno de Lakua como Arantza Tapia, con el presente y el pasado del Athletic como son el técnico Ernesto Valverde y el expresidente del club rojiblanco José María Arrate.

Así es el atípico Bizkaia, lugar del surrealismo. Mientras la gente que respeta la ley crea el ambiente en las inmediaciones, anuncios de txakolí y otro tipo de bebidas alcoholicas decoran las paredes del frontón.

Es el momento de darse cuenta que no hemos acudido a un cine, sino a la final del Manomanista de pelota entre Mikel Urrutikoetxea e Iker Irribarria. Oinatz Bengoetxea, por si acaso, también se viste de blanco.

Emoción en cancha y grada

Aún quedan más de 45 minutos hasta que arranque el encuentro por la txapela. Los gritos de ánimos de los aficionados no tardarán en comenzar a escucharse. Parece que Irribarria ha traído su séquito. El joven pelotari puede hacer historia y nadie en Arama y alrededores quiere perderse la hazaña.

Se acercan las 18.00. Irribarria y Urrutikoetxea son el presente de la pelota, pero los pelotaris del futuro también quieren palpar el ambiente. Un grupo de niños de Zaratamo –pueblo del campeón de 2015–, vestidos de blanco, hacen el pasillo de honor a los grandes protagonistas de la tarde, que salen a eso de las 18.00 a calentar.

El de Arama se acerca hasta el rebote a recoger una pelota y de pronto los seguidores sentados en esa zona enloquecen.

Las 18.05. Rubén Beloki, el otrora campeón más joven en ganar la txapela del Manomanista, saca el cestaño con las pelotas con las que se jugará la final, pero la televisión manda. Hay que esperar unos minutos.

Las 18.12. Los dos pelotaris hacen el paseillo de honor y son presentados, mientras los decivelios suben en las gradas con ánimos dirigidos a ambos protagonistas del encuentro.

Y, por fin, comienza la final. El primer tanto es para Irribarria, a lo que sus seguidores responden enloquecidos. El olor a palomitas vuelve a presentarse en el ambiente. Urrutikoetxea consigue hacer el siguiente tanto y entonces son sus aficionados quienes responden eufóricos.

No tardará en venirse arriba el Bizkaia. Un tanto, exactamente con una jugada extraordinaria de Irribarria desde el suelo.

Gritos de “Iker, Iker!” o “Goazen Urruti!” se dejan escuchar, pero también silbidos con alguna acción polémica. «¿Qué pasa aquí?» parece decir la cara de una de las dos azafatas que ya se preparan con el 13-20 en el marcador para el acto final.

Dejada en el txoko de Irribarria y la gente en pie: 13-21. Un tanto más y el de Arama se corona campeón. Su amigos salen corriendo a levantarlo en brazos, mientras Urrutikoetxea tiene un bonito gesto con los niños de Zaratamo. Dos finales distintos para esta película.