Esta tarde, a partir de las 18.00, se disputa en Lekeitio el Campeonato de Euskadi de traineras. Todo apunta a que Hondarribia y Urdaibai volverán a protagonizar un mano a mano que, a diferencia de lo que parecía hace escasos tres días, tiene un incierto pronóstico. Ayer, la tripulación de Bermeo, emulando su propio comportamiento en Moaña, aguantó el primer largo de la «Ama Guadalupekoa» para meter la proa y llevarse en Boiro su segunda bandera.

Hondarribia, con todo, puede darse por satisfecha. La regata del sábado fue un desastre para sus intereses, ya que se le colaron hasta dos embarcaciones entre la suya y la de Bermeo. Ayer, en la XXVI Bandeira Concello de Boiro, conseguía amarrar la segunda plaza con holgura, cediendo un único punto respecto a su principal rival de la clasificación general de la Liga San Miguel. Los «vikingos» mantienen el liderato con 101 puntos, pero Urdaibai asoma a su popa con 99, a la espera de que las siguientes regatas puedan o no refrendar lo visto este fin de semana en aguas gallegas.

Por muchos motivos, no será cosa sencilla. Es decir, el viento no será un elemento tan destacado en las siguientes regatas, no en todas al menos; el oleaje, que causaba una mar «dura» –en opinión de los expertos–, no será siempre tan exigente. Urdaibai supo valerse como nadie de las particulares características galaicas, mientras que Hondarribia, aunque empezaba fuerte así el sábado como ayer mismo, se encontraba incómodo a cada rato, y sin argumentos cuando los «txos» elevaban el ritmo y tomaban la delantera.

Sobre todo en los largos de vuelta, con el viento en contra, fue cuando la «Bou Bizkaia» más destacó. «Diría que Hondarribia nos ha atacado muchas veces en la primera mitad de la regata, pero hemos logrado sujetarlos. Y cuando hemos atacado nosotros, ellos estaban un poco desfondados», reflexionaba el entrenador de Urdaibai, Jon Salsamendi, minutos después de su victoria en Boiro.

Un viento revoltoso

Cabo Da Cruz hizo valer su condición de local, logrando el tercer mejor registro pese a bogar en la primera tanda, en la que tuvo una cerrada lucha con San Juan. Astillero, remontando ante Orio en la segunda, acabaría en cuarto lugar.

Un viento racheado bastante revoltoso trajo por la calle de la amargura cualquier planteamiento previo. Las calles tres y cuatro partían con ventaja sobre el papel, pero a la hora de la verdad fue un sálvese quien pueda. Costaba que los botes dieran buenas ciabogas y en los largos de vuelta, los patrones debían decidir cómo afrontarlos con el viento en contra.

A todos esos problemas hubo de añadírsele la igualdad. Por ejemplo, Orio le arrebataba a Kaiku la sexta plaza por una centésima, así como que entre el tercero, Cabo, y Tirán, octavo clasificado, no hubo más de cuatro segundos de diferencia.

Urdaibai llega con la cabeza alta y confiado al Campeonato de Euskadi de Lekeitio, y la Liga San Miguel, más revitalizada que hace una semana.