Amaia U. LASAGABASTER
FÚTBOL

Todos contra el repóker del eterno favorito

El fútbol femenino levanta el telón olímpico. Estados Unidos busca su quinta medalla de oro.

Con la organización todavía ultimando los detalles de la ceremonia inaugural, los Juegos se ponen en marcha hoy mismo. El honor le corresponde al fútbol femenino. Que busca sucesor a Estados Unidos... O no. Porque pocos, o nadie, se atreven a colocar al frente de sus quinielas a un equipo que no sea el norteamericano.

No es de extrañar. Es el eterno favorito y el (casi) eterno ganador. Solo Noruega, en los Juegos de Sidney, se atrevió a toser a las estadounidenses, que tuvieron que conformarse con la plata. Por primera y única vez porque saldaron las citas de Atlanta, Atenas, Pekín y Londres con el oro. Teniendo en cuenta que hace apenas un año prolongaban una trayectoria más irregular pero igualmente gloriosa en el Mundial de Canadá –se adjudicaron su tercer título– y que más recientemente arrasaron por enésima vez en el Preolímpico de la CONCACAF, y pese a sufrir ausencias como las de Sydney Leroux o Amy Rodríguez, ambas embarazadas, las pupilas de Jill Ellis ejercen sin ninguna duda de rival a batir.

No es tan fácil adelantar quién puede aspirar a la campanada o, al menos, tener opciones claras de podio. Parece inevitable mencionar a Brasil, aunque posiblemente se deba más a su condición de anfitriona o a su palmarés en el torneo –plata en Atenas y Pekín– que a su trayectoria última. En lo que no hay discusión es en la presencia de una de las grandes estrellas de la cita, la sempiterna Marta, que disputa sus cuartos Juegos. Aunque el récord será para su compañera Formiga que, a sus 38 años, se convertirá en la única futbolista en haber disputado las cinco Olimpiadas que han contado con torneo de fútbol femenino.

Los principales rivales de Brasil como alternativa a Estados Unidos han llegado a Rio desde el otro lado del charco. Aunque en los Juegos se le resiste el primer peldaño del podio, que ha pisado en dos ocasiones en el Mundial, y aunque en su última cita –Canadá 2015–, tuvo que conformarse con la cuarta plaza, sería un pecado olvidar a Alemania. En el último torneo de Silvia Neid como seleccionadora, las teutonas regresan a los Juegos tras quedarse fuera de Londres –uno de los peores batacazos que se les recuerda, consecuencia precisamente del peor, el que sufrieron en «su» Mundial– después de haber encadenado el bronce en Sidney, Atenas y Pekín.

Sí estuvo en Londres, en lo que fue su debut olímpico, Francia. Con una gran actuación aunque, como sucedió en el Mundial anterior, cayó en la final de consolación para acabar con la «medalla de chocolate». Pese a que en Canadá le fue aún peor –en resultados, que no en imagen–, sigue siendo un candidato claro a hacerse con su primer metal. El lapurtarra Philippe Bergeroo dirige a un equipo sin grandes cambios y con la columna vertebral del Olympique como base también de su escuadra.

Un peldaño, al menos, por debajo se sitúa el tercer representante europeo, Suecia. Aunque Noruega es el único equipo que puede presumir del oro junto a Estados Unidos, el fútbol nórdico no es lo que era. No hay más que recordar el último Mundial, en el que ambos equipos superaron la fase de grupos a duras penas para caer en octavos. De hecho, el equipo de Pia Sundhague –ganadora dos veces del oro olímpico al frente de Estados Unidos– necesitaron la repesca para llegar a Rio. A un nivel similar parecen situarse Canada, Australia, Nueva Zelanda y, por qué no, Colombia. Las cafeteras, con una generación que ha crecido de la mano desde categorías inferiores, lo hicieron bien en el último Mundial, con victoria ante Francia incluida, en el que cayeron en octavos de final ante las campeonas.

Junto a la incógnita de China –aunque haber dejado fuera del torneo a Japón es significativo–, los dos representantes africanos: Sudáfrica y, la única selección debutante en los Juegos, Zimbabue.