Jon ORMAZABAL
FÓRMULA 1

Rosberg sobrevive en Sepang

Ricciardo lideró el doblete de Red Bull en un Gran Premio en el que Hamilton tuvo que abandonar tras quemar el motor de su Mercedes

Al menos emoción no se le podrá negar a una temporada de Fórmula 1 que afronta su parte final con la tensión en lo más alto tras un Gran Premio de Malasia en el que Red Bull aprovechó el regalo de Mercedes para romper su hegemonía por segunda vez en la temporada con un doblete encabezado por Ricciardo. Hamilton vio cómo sus opciones de Mundial se esfumaban al quemar su motor cuando lideraba la prueba en solitario a 16 vueltas del final, título al que se acerca su compañero Rosberg tras sobrevivir a una de las pruebas más extremas de la temporada.

Y es que, difícilmente hubiera podido imaginar el alemán de Mercedes un peor arranque, ya que su compatriota Vettel lo relegó a la última posición de la carrera tras embestirle nada más ponerse en verde el semáforo. Eso sí la peor parte fue para el de Ferrari, que tuvo que abandonar tras un trompo después de tocar con su rueda delantera izquierda el monoplaza del líder del Mundial.

El coche de seguridad virtual apareció en carrera para restablecer la calma y cuando desapareció Hamilton ya estaba cómodamente instalado en una primera plaza que se había ganado durante todo el fin de semana en Sepang.

Mientras Rosberg, con una acertada estrategia de Mercedes, luchaba en cada curva por culminar su brillante remontada, la carretera se mostraba despejada para un Hamilton que pensaba recuperar el liderato del Mundial hasta que su motor se rompió en la vuelta 40.

Rajada del británico

No se lo tomó nada bien el británico, que vio cómo sus posibilidades de renovar su título individual se quemaron junto a su motor. «Es muy difícil encontrar cosas positivas más allá del gran trabajo que han hecho mis chicos. Mis preguntas son para Mercedes: hay muchos motores para muchos pilotos y solo los míos son los que fallan este año. Alguien tiene que darme alguna respuesta porque esto no es aceptable», señaló.

Es más, dejó entrever un complot en su contra. «Creo que este año ha habido muchas carreras decisivas y ésta ha sido una de ellas. Parece que alguien o algo no quiere que yo gane, pero no me voy a dar por vencido. El título va en una dirección y no hay nada que pueda hacer en este momento».

Con el camino limpio, los Red Bull no pusieron en riesgo du doblete, mientras que por detrás, Rosberg se dejó el alma para llegar al podio tras superar a Raikkonen y a una sanción impuesta por los jueces.