El pasado 25 de septiembre, un boeing de Air France con salida de Orly en dirección a la Guayana, se ve obligado a efectuar un aterrizaje de emergencia en el cercano aeropuerto de Roissy, no sin antes, y ello siguiendo los protocolos de seguridad en aterrizajes de urgencia, haber vaciado sus depósitos de combustible, unas 70 toneladas de nada, en sucesivas vueltas sobre el bosque de Fountainebleau. Vale que es una rara emergencia pero los escaladores y defensores del medio ambiente, por no hablar de la alcaldía local, están que trinan, más si tenemos en cuenta la campaña en curso para obtener la clasificación de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Nunca llueve a gusto de todos y menos si es carburante de aviones. Aconsejan en este principio de otoño no recoger setas en los lugares. En otro tipo ya de ambientes naturales, Canadá va a inaugurar dentro de poco (para finales del 17) el mayor camino del mundo de travesía de montaña. Comenzado hace 25 años, serán al final 24.000 Km. de recorrido por 13 regiones. Un Great Trail con el objetivo de «representar toda la inmensidad y la diversidad del país» y que en un 26% de su recorrido será navegable. A viajar en canoa, piragua, a pié, a caballo, en bici, en skis… en todo menos en coche. Comenzaría en Terranova y acabaría en la Columbia Británica pasando por la inmensidad del Gran Norte. Pocas probabilidades de que te caiga combustible del cielo. Ya tengo objetivo para la jubilación.