Mimoza DHIMA (EFE)
Internacional

La selección de Kosovo abre otra ventana a sus talentos

Los jugadores más jóvenes y los descartados por Albania tienen una opción en los torneos internacionales.

La selección de fútbol de Kosovo, recientemente integrada en la UEFA y la FIFA, ha abierto una nueva ventana de oportunidad a decenas de talentosos jugadores del pequeño país balcánico, que hasta ahora solo veían a la vecina Albania como una posibilidad de presentarse en el escenario internacional.

Es el caso de Diar Prokshi, con apenas 16 años de edad, centrocampista de Feronikel, actual campeón de la Superliga kosovar, y pretendiente a ganar de nuevo el título este año. Su gran objetivo es representar a Kosovo en las competiciones internacionales, como el próximo Mundial de Rusia 2018. «Debo trabajar mucho más que antes para poder representar a Kosovo en la arena internacional. Eso es un sueño para mi», cuenta Prokshi a Efe al margen de un entrenamiento en el pequeño campo del Feronikel, en Drenas, en el centro de Kosovo.

Para su compañero de equipo, el delantero Mark Milicaj, es normal que los jóvenes sueñen con jugar por Kosovo, aunque añadió que depende del deseo de cada uno. «Albania era antes la única posibilidad para los jugadores que soñaban con representar a la nación. Ahora tenemos dos posibilidades y cada uno debe optar según su deseo». A fin de cuentas «somos un pueblo y dos Estados, y representar al Estado de Kosovo o al de Albania da lo mismo».

Fadil Vokrri, el presidente de la Federación de Fútbol de Kosovo (FFK), respalda esta idea. «Tomando en cuenta el momento actual en el que no es posible la unificación (con Albania) en plan político, es un derecho legítimo tener dos representaciones, igual que tener dos gobiernos y dos parlamentos», dice en declaraciones a Efe en Pristina.

Kosovo, una exprovincia serbia con 1,8 millones de habitantes, en su mayoría albaneses étnicos, declaró en febrero de 2008 su independencia de Serbia. El Gobierno serbio rechaza esta soberanía al considerar ese territorio «cuna» de su religión y cultura.

Durante años los kosovares eran discriminados por Serbia, por lo que sus futbolistas abastecieron con talento las selecciones no solo de Albania, sino de otros países, sobre todo de Suiza, país con una importante diáspora kosovar. En el equipo helvético destaca Xherdan Shaqiri y Granit Xhaka, cuyo hermano Taulant juega para Albania, junto a otros nueve jugadores de origen kosovar.

La decisión de la FIFA que impide la transferencia a la selección de Kosovo de futbolistas que ya han jugado en otras selecciones en partidos oficiales tranquilizó al técnico de Albania, el italiano Gianni de Biasi, para que su equipo no se desmorone.

Sin embargo, otros jugadores descontentos con De Biasi, a los que no convocó, como Amir Rrahmani, Herolind Shala, Milot Rashica, Alban Meha y Samir Ujkani, forman ahora parte de la selección de Kosovo, por lo que han sido llamados «traidores de la madre patria».

Con estas inclusiones, la reforzada selección kosovar comenzó la clasificación del Mundial de Rusia 2018 con fuerza al empatar su primer partido oficial 1-1 en Finlandia. Para este jueves, los kosovares esperan ahora con ansiedad su primer partido como “local”, contra Croacia, que se jugará en Shkodra, al norte de Albania, ante la falta de un estadio que cumpla las exigencias de la FIFA en territorio kosovar. Tres días más tarde, el sábado, Kosovo se enfrentará a Ucrania, que no ha reconocido su independencia, por lo que el encuentro deberá jugarse en un país “neutral”, exactamente en la ciudad polaca de Cracovia.