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PARÍS

Fillon y Juppé comienzan la campaña para la segunda vuelta

Los ex primeros ministros François Fillon y Alain Juppé han comenzado la campaña para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el primero como gran favorito después de su amplia victoria en la primera vuelta y de los apoyos que figuras de la derecha francesa le han ofrecido. Aun así, Juppé consideró que la «campaña comienza ahora», mientras Fillon defenderá un programa ultraliberal y muy conservador.

El ex primer ministro François Fillon parte como gran favorito para la segunda vuelta de las primarias en la derecha francesa tras un contundente e inesperado triunfo en la primera ronda con el 44,5% de los votos. Fillon se enfrentará al también ex primer ministro Alain Juppé (28,6%), tras la eliminación del expresidente Nicolas Sarkozy (20,6%). La campaña para la segunda vuelta comenzó ya en la noche del domingo, con los apoyos para Fillon expresados por el también aspirante Bruno Le Maire, el ex primer ministro Édouard Balladur o Laurent Wauquiez, presidente interino de Los Republicanos. El gran derrotado, Nicolas Sarkozy, también le anunció su respaldo

Con todo, Juppé descartó abandonar el combate y consideró que «la verdadera campaña empieza justo ahora».

El impulso a Fillon se vio aumentado ayer con una encuesta del instituto demoscópico OpinionWay que prevé su victoria el próximo domingo con el 56% de los votos.

Derecha thatcheriana

Juppé anunció «un combate proyecto conta proyecto» ante un Fillon que promete una «alternativa total» que no es otra que la derecha pura y dura, ultraliberal en lo económico y muy conservadora; quiere suprimir 500.000 funcionarios, frente a los 200.000 de Juppé, y lograr un ahorro de 100.000 millones de euros de gasto público que el actual alcalde de Burdeos sitúa entre los 80.000 y los 100.000.

Si el primero quiere abolir la semana laboral de 35 horas sin un máximo fijado, el segundo marca su nuevo tope en las 39. Ambos planean suprimir el Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna, aumentar el IVA llevar a cabo recortes drásticos del gasto público, y retrasar la edad de jubilación de 62 a 65 años.

Fillon apuesta por quitar la nacionalidad a los franceses que se sumen al yihadismo, cuotas anuales para inmigrantes y reformar la ley sobre el matrimonio homosexual. También promueve la mano dura del Estado con 12.000 millones de euros adicionales para policía y tribunales, mientras Juppé habla de «expulsar a los extranjeros radicalizados que han sido condenados». En política exterior, Fillon está a favor de un acercamiento estratégico con Rusia y Siria y quiere levantar el embargo impuesto a Moscú, mientras Juppé mantiene una posición crítica hacia el Kremlin.

Un rival que preocupa a la izquierda y a la ultraderecha

Los medios franceses estiman que, con la derrota de Nicolas Sarkozy, el PS y el presidente, François Hollande –con la popularidad hundida y que aún no ha desvelado si se presentará a las primarias–, han perdido a su «mejor adversario», con el que podían aspirar a un mejor resultado. Sarkozy aceptó una derrota vista por muchos como una humillación y estimó que le ha llegado la hora de «abordar una vida con más pasiones privadas y menos pasiones públicas». La popularidad de Fillon, más por su imagen ajena a escándalos judiciales que por su programa, es un nuevo reto para la izquierda. Pero sus ideas podrían convertirse en un acicate para los votos de izquierda. El sindicato Fuerza Obrera expresó su inquietud por la lógica «muy, muy liberal» de este admirador confeso de Margaret Thatcher. El FN, al que los sondeos dan opción de llegar a la segunda vuelta, podría tener también razones para preocuparse por la fortaleza lograda por Fillon, dado que este se acerca a sus postulados en política interior y exterior.GARA